domingo, julio 30, 2006

Fuentes

Por David Wapner, desde Israel

1.

No estoy comprando los diarios todos los días; los ojeo en los kioscos, los leo en internet, y luego los busco viejos en la calle. Una fuente importante es la radio, no por la calidad de su información, precisamente, ni por la independencia de sus analistas, que no existe. Pero, por ejemplo, enciendo en este momento la portátil:

"... dicen que todos los locutores de la Radio del Ejército que no fueron reventados en los últimos ocho meses serán relevados."

Quien hablaba estaba recordando un suceso de otra guerra, en 1974.
Cuando hablan de cualquier guerra están hablando de la actual.
Y si hablan de la actual, recuerdan las anteriores.

Hoy, por la misma radio, a las siete de la tarde, entrevistaban a dos militares de la unidad de elite "Golani" que se reponían de sus heridas en el hospital "Rambam", de Haifa. Les preguntaban si querían volver al frente, uno respondió:

"Claro, para eso nos entrenamos, estamos cumpliendo una misión, al país nos debemos."

Otro:

"Por supuesto"
"¿Qué significa 'por supuesto'?"
"Querría estar ya en Beirut."
"¿No tienen miedo?"
"Ellos nos tienen que tener miedo."
"Pero primero tienen que cambiarse las medias y los calzoncillos."
"Y lavarnos los dientes."

(Risas; los soldados heridos habían llegado sin medias y sin calzoncillos al hospital)


2.

La televisión, casi no la veo.
Apenas funciona.


3.

A eso de las nueve fuimos con Ana a comprar fruta y otros víveres a un supermercado que permanece abierto las 24 horas. El súper queda en Jafo, antigua ciudad árabe anexada a Tel-Aviv, en el linde con Bat-Yam. En el camino, sobre un tacho de basura, sobresalía una pila de suplementos sabatinos intactos del diario "Maariv". Nos llevamos uno para cada uno, y nos sentamos a leer.
A medida que pasábamos las páginas, nos preguntábamos, ¿dónde están los libaneses? ¿Dónde está el Líbano?
Nasrallah, sí, en forma de viñeta superior que se repetía a modo de estribillo.
Pero los libaneses no aparecieron hasta una foto a doble página, en forma de puntos difusos que se desparraman por una superficie sin orden ni criterio. El escenario era una foto de Beirut, tomada con objetivo ojo de pez, o filtrada a través de un efecto digital que lo emula. Lo que se adivinaba eran edificios en ruinas. Y los puntos parecían huír de entre los escombros.


4.

Domingo a las ocho de la mañana, encendí la radio y me enteré de la masacre en la aldea de Qana.

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