sábado, agosto 06, 2005

Como un Canto Rodado

por Obelix


A los dieciocho me hice fanático de los Rolling Stones. Tenía casi todos los discos y me pasaba el día escuchándolos. También me compraba revistas y libros donde aparecían. Dentro de la banda, mi héroe era Keith Richards, el guitarrista rítmico. Me encantaba Keith Richards. Me compré una guitarra y un amigo me enseñó a tocar. Las primeras canciones que aprendí eran de los Rolling Stones. Yo pensaba que Keith era medio maleta tocando la guitarra, al lado de por ejemplo Clapton o Hendrix. En una de las notas, leí que era considerado uno de los mejores, incluso por Clapton. Su mayor virtud no era lo que tocaba, sino lo que no tocaba. Me alegró esa nota y me pareció una buena definición.

Ese concepto, el de no tocar, volvió a aparecer a lo largo de los años siguientes. Lo descubrí en libros, cuadros, películas, en otros músicos y en fin, supongo que en todos lados.

En síntesis, diría que las cosas que me conmueven son las que tienen estos silencios, las honestas, las potentes y las que están hechas con huevos. Como un canto rodado.



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