sábado, julio 22, 2006

Pesadilla

Por David Wapner

Un rincón recóndito de Ariel Sharón, un núcleo de neuronas dormidas protegidas con celo por corteza muerta, trabaja a pleno en estos días, en actividad onírica, pero trascendente.
Trabajo a destajo, estertor de un movimiento que nunca cesó, ante la imposibilidad de despertar, se ha concentrado este último núcleo Sharón en la única forma de manifestación en que los ciudadanos de Israel y sus vecinos pueden reconocerlo: la guerra.

Todavía puede: las tácticas empleadas por sus herederos para provocar una escalada llevan su firma:

* No reconocer un interlocutor en el enemigo.

* Ningunear cualquier manifestación conciliatoria de la otra parte.

* Considerar peligroso cualquier movimiento que tienda a un acuerdo.

* Sabotear a los moderados, fortalecer los extremismos.

* Crear las condiciones, y esperar con avidez el próximo golpe para golpear cien veces más fuerte.


Del otro lado, a pesar de la disparidad de fuerzas, gobierna una lógica parecida. Extremar las condiciones, provocar al enemigo hasta obtener de él lo que se desea: una respuesta violenta que ponga en funcionamiento las operaciones de represalia.

¿Quién ha caído en la trampa de quién?

¿Los israelíes, al morder el señuelo de sendos operativos guerrilleros de captura de soldados para obtener a cambio liberación de presos?

¿O los grupos armados palestinos primero, y luego la guerrilla libanesa pro iraní de Hiszbollah (responsable del atentado de la AMIA), al caer en el señuelo israelí, que proponía una relajación de las medidas de seguridad y de vigilancia en ciertos puntos, debilitados de este modo, y pasibles de este modo de ser atacados?

¿O fue que ambas partes han hecho la vista gorda, y se han entregado con gusto a una explosión de energía que arrasa, desbasta, incendia, acaba con todo lo que asome su cabeza, física o mental?

La violencia ha trastocado la naturaleza de esta región, de modo que su vida, su aliento, depende de la muerte.

La existencia adquiere sentido con la destrucción.

Liberación nacional, religiosa, política, democracia, soberanía, independencia, seguridad nacional, regional, mundial: todas vaguedades que se disuelven apenas se presenta la oportunidad de matar y morir.

¿Héroes?
¿Mártires?
¿Lavados de cerebro?

¿O criaturas de un sueño sharónico?
¿Que vela desde algún sitio Araffat, bajo protección de los Estados Unidos?

1 comentario:

  1. Anónimo2:44 p. m.

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