viernes, septiembre 02, 2005

Incomodidades

Por Juan Pablo Lafosse


El martes se presentó en el Centro Cultural Torcuato Tasso el libro La Joven Guardia, una antología de cuentos de escritores menores de 35 años a cargo de Maximiliano Tomas. Repetuosos de la prosa de muchos de los narradores reunidos en esta obra, no podíamos faltar a tan interesante propuesta. Nos encontramos con Juancho Incardona en Flores y llegamos sobre la hora a Parque Lezama, aunque, como suele ocurrir en este tipo de eventos, había poca gente a la hora convenida. Mientras esperábamos el inicio de la presentación tuvimos la oportunidad de fraternizar con amigos y conocidos y de compartir con ellos clandestinas copas de vino tinto.

En el momento oportuno, cuando ya el lugar se encontraba colmado, las sillas ocupadas y los jóvenes escritores apiñados en el escenario, comenzó la presentación que tenía como figuras principales a dos reconocidos escritores y periodistas culturales del campo local: Vicente Muleiro y Guillermo Saccomano. Todos muy atentos, entonces, tanto los jóvenes escritores como el también joven público presente, a la bendición y la arenga que los cincuentones experimentados darían a los muchachos.

Comenzó Muleiro anticipando su demagogia y sin brillar cumplió con las expectativas del caso. Habló bien de todos, armó series, hizo los chistes de ocasión y auguró un próspero futuro a las nuevas letras de la literatura argentina. Cerró su discurso con una frase futbolera: “La base está”. Los aplausos fueron moderados. Siguió el turno de Saccomanno, quién aclaró de entrada que lejos de abusar de la demagogia de la cual había abusado su antecesor quería sembrar incomodidades. Quería formular preguntas más que dar respuestas, y se decía incapaz de responder las propias preguntas que hacía. Dudaba de todo, pobre hombre. Sus preguntas, entonces, giraron en torno de prácticamente cada elección llevada a cabo por los responsables y participantes del libro en cuestión. Objetó el nombre, el diseño de tapa, la propia concepción del ser escritor joven y la decisión de reunir a jóvenes en una antología, el mérito de publicar (cualquiera publica, creo que fueron sus palabras), la falta de un compromiso político en los textos, incluso llegó a preguntar cuantos de los veinte escritores presentes seguiría publicando en veinte años. Lo que se dice, un gran motivador. Solo al final dedicó algunas palabras bondadosas a los jóvenes escritores que lo rodeaban. Cuando pensé que se lo iban a comer crudo, la tribuna ovacionó el cuidado discurso del periodista con un aplauso atronador. Extraño fenómeno. Nadie abrió la polémica que estaba picando en el escenario como para pegarle de puntín. Incluso entre los narradores la respuesta fue bastante tibia. El único que evidenció cierta brusquedad al esquivar el bulto fue Terranova.

Mientras caminábamos en busca de un lugar para calmar nuestro apetito me quedé rumiando algunas incómodas preguntas que tendría que haber formulado durante el evento.

- ¿El evitar dar una opinión clara y de frente, escudándose detrás de la propia duda sobre un asunto, no es una actitud hipócrita?, ¿No es más fácil decir Yo creo que, si uno cree que?

- ¿El buscar convertirse en el centro del evento a través de un exquisito discurso efectista, opacando la presencia de los verdaderos agasajados, no es un actitud mezquina?

- ¿El quitarle mérito a la nueva generación de escritores, ninguneando en público la antología y sus textos, no implica una pisada de cabeza, un marcar el territorio, un vedar el paso a las nuevas figuras emergentes en el pequeño campo de batalla que constituye la literatura argentina de hoy?

- ¿El aceptar ser presentador de un libro y llegado el caso violar todas las reglas del género, ante la mirada atónita de quienes lo invitaron, no es simplemente una desfachatez?

Por suerte la noche terminó cómo había empezado. Compartiendo vino, risas, y canciones con buenos amigos. Amigos que no sé si seguirán escribiendo en veinte años, pero que espero e intuyo seguirán siendo generosos.

20 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Saccomanno es un imbécil profundo.

2:30 p. m.  
Blogger Diaz de Vivar said...

bueno, por algo se llamará sacomano...

digo, no sé.

como no lo escuché, aventuro.

3:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

muchachos, tanto autobombo es un poco agotador

4:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Y qué querés que hagamos ea? ¿Dedicarnos a la literatura? Aguanta...

4:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo único bueno que hizo en su vida Saccomanno fue denunciar en la presentación a estos escribas de cuarta que no dejan de hacerse y hacerle publicidad a sus amigos en los blogs. Lo mismo que Saccomanno & Cia hacen en los suplementos de autobombo Radar y Radar Libros.

6:09 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cito al dueño del boliche "- ¿El aceptar ser presentador de un libro y llegado el caso violar todas las reglas del género, ante la mirada atónita de quienes lo invitaron, no es simplemente una desfachatez?"

Está bueno que alguna vez alguien sea sincero y diga lo que piensa. Sobre todo si en el medio viola "todas las reglas del género", que es el género presentaciones de libros, de los más infames que hayan existido. Prefiero las pavadas sinceras de Saccomanno a la hipocresía del resto de los presentadores.
Ya el hecho de llamar a Saccomanno y Muleiro como presentadores habla de la obsecuencia de los organizadores del evento.

De la literatura entendida como una reunión de amigos.

6:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

la literatura no es un campo de batalla. lo que es una batalla es el campo de la figuración: radar, saccomano, tomas hotel. si no es uno, es otro. ahí no pasa nada. burocracia.

7:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ea: Todo es un campo de batalla. En el caso de la literatura, bien lo vimos en el Tasso, bien lo vemos en los blogs, la lucha se da tanto adentro como afuera de los libros.

7:46 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

si por mí fuera, te daría la victoria, lafosse, a ver qué hacés con ella

8:16 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

para qué la querés? para hacer antologías y decir este sí, este no? para hacer más sistema?

8:19 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ea, glorioso lo tuyo. de verdad.
Si tenés un blog me encantaría leerte.
gastan más energías en figurar que escribiendo.
Y se nota. Basta leer Tomas Hotel para saberlo.

8:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eso sí, Tomas tiene lindos ojos.

8:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No me consta pero tomaré su palabra como verdadera por el momento, Ea. Algo es algo, ¿no?
Es más de lo que se puede decir de, por ejemplo, Florencia Abatte y sus ojos de asesina serial arribista levemente menos horrorosos que sus textos.

Lástima que Tomas use sus supestos lindos ojos para ser visto y no para ver.

Tengo la teoría de que todos hacemos sistema. Pero hay algunos que lo hacen de manera más aberrante que otros.

8:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

fan, me gustaría conocerte.

12:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, dejame tu email y te escribo.

Lo que nos mata es la obviedad, ¿no?.

Tipo entran a un Pizza café y lo único que registra Sebastián Hernáiz son los comentarios irónicos sobre que es Menemista o hacerse el ingenioso con lo de la Tinellización de la cultura. Pero ese ingenio superadito ya está, ya lo gastó Página 12 hace 15 años y si algún resto quedaba vino CQC y lo terminó de sepultar.
Seamos un poco menos obvios, por favor.

Fueron a tomar cerveza. tomaron cerveza. La cerveza se acabó. El autor se queja de que la de 3/4 se acaba rápido y cuesta mucho. ¿Para escribir eso te morfaste varias horas de pelotudeces en una presentación? ¿Nada más interesante pasó? ¿Para qué escribir si no pasó nada? De última, contá la nada, no la adornes. La Quilmes de 3/4 es igual de escasa y cara si no hay escritores alrededor. Si no la acondicionamos con el glamour mentirosos de la cultura.

Para escribir mal lo que se le podría haber ocurrido a cualquier hijo de vecino, mejor quedarse en casa jugando a la playstation.

Sebastián Hernáiz y Lafosse escriben como si lo que vivieron esa noche fuera algo apasionante, pero lo narran con un grado de aburrimiento tal, que contradicen cada una de las palabras que usan.

12:51 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

fan es medio chupapija, no?

4:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

sí, pero sólo medio.

11:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Realmente es patético: salvo Jimena (sin apellido) y los dueños del post, todos usan prudente anonimato y se dedican a quejarse contra los que "quieren figurar" (porque ustedes no, claro), acumulando envidias y maledicencias bajas contra los que a diferencia de ustedes figuran en la antología. Nadie retoma el guante de las preguntas que hizo Lafosse como preguntas que instaurarían algún tipo de debate literario. Están los que putean contra la antología y el antólogo (con bajeza y estupidez difíciles de emular) y los que participan en ella, los que putean lo hacen probablemente porque también escriben y no mojaron. Se burlan o abjuran del "sistema" como la zorra y las uvas. Nadie hace un comentario literario sobre la antología y Terranova, con su habitual incongruencia, lo festeja y le pregunta a EA: ¿querés que acá hablemos de literatura? El cinismo provocativo cuando no hay argumento alguno que esgrimir.
Y pese a todo a mí me interesa leer lo que escriben los nuevos escritores argentinos, incluso los que escriben comentarios tan bajos a los posts, me interesa lo que tienen para decir: los mejores, los mediocres, los malos, me interesa que haya piso y techo y movimiento, que la literatura exista y se produzca y haya antologías, buenas o malas, ojalá con poca trenza pero si hay trenza mala suerte, que haya muchas, que se lean, y lo festejo.
Y me gustaría que alguna vez hubiera además un DEBATE en serio (sobre literatura, no sobre si Radar o Eñe son buenos o malos -debate que termina cuando me publican a mí, por lo menos ese rato- y que las mezquina palabras de Saccomano, que escuché y me indignaron, no terminaran resultando sin embargo tan confirmadas por la tristísima reacción de casi todos los que fueron ofendidos y denigrados por ellas, y ahora de ustedes, los que "comentan" escudados en sus seudónimos de ratas.
En fin, me llamo Elsa Drucaroff, tengo 47 años, creo que casi todo lo que leí acá, menos el post, revela lo peor de ustedes y pienso seguir leyendo lo que escriban, y pensándolo, y alentándolo cuando valga la pena.

12:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eeeeeeepaaaaaa!!!!!!!

11:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Para Juan Terranova, como para varios otros, lo más importante es publicar, no escribir.
La "fama", la "provocación" pelotuda, efímera...
Fogwill lo hizo callar en el MALBA, cuando con la excusa de hacer una pregunta comenzó a despacharse con uno de sus típicos discursos...
Terranova, todo menos literatura...

3:13 p. m.  

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