English & Fun
Por Juan Terranova
Estudié inglés toda mi vida. También estudié francés, italiano, alemán y portugués. Pero cuando estudié inglés, las que me enseñaron siempre fueron mujeres con la capacidad intelectual de una mandarina. Me hubiera gustado que fuera de otra manera pero no, fue así.
Hablo por teléfono con un amigo.
— Tengo que preparar un examen internacional de inglés.
— Ahá.
— Pero no quiero hacerlo con una mujer.
— ¿Por qué?
— Me da estrés que griten y se entusiasmen.
— Entiendo.
Me acuerdo cuando iba a la Cultural Inglesa de Pasaje El Maestro a fines de los ochentas. Yo tendría unos trece años pero ya me daba cuenta de que las profesoras que daban las clases eran, digamos, intelectualmente inferiores.
— Sos un misógino— dice mi mujer.
Puede que sí, puede que no. Nunca me enseñó un hombre. Nunca un hombre. Siempre mujeres. Un hombre sin embargo hubiera sido ideal. O al menos alguien que en los momentos en que no estábamos en clase, por ejemplo, esperando para entrar o en un recreo, hablara en español, o en idish, o en catalán, pero no en inglés. Y siempre esa falsa “frescura”, esa vocación hacia la docencia.
— Hello, how are you? How do you spent the weekend?
Una vez tuve un profesor de francés. Muy bueno. Me dio a leer escritores de África del Norte. Había nacido en Marsella, había vivido en Lima y se había casado con una mendocina en Buenos Aires. Era un poco hippie, pero sus clases me gustaban. Me acuerdo que una vez me dijo que París era una ciudad de mierda.
Hace unos días llamé a un instituto. El teléfono sonó tres veces y atendió una voz femenina.
— English & Fun, can I help you?
Corté.
Profesoras de inglés que leyeron solamente El viejo y el mar (y no lo entendieron), profesoras de inglés formadas en el Lenguas vivas, profesoras de inglés con sus listas de verbos irregulares, profesoras de inglés divorciadas, profesoras de inglés diciéndome que mi pronunciación es incorrecta. Recuerdos de la infancia que prefiero olvidar. Los libros de texto eran malos (Joe went to the bookshop), pero ellas eran peores. Hacían que los deshidratados párrafos fueran todavía más aburridos y convertían el inglés en una serie de reglas idiotas.
En las editoriales grandes de Buenos Aires las que manejan las colecciones también son mujeres. Son mejores que las profesoras de inglés, por supuesto. Si no me creen podría dar una lista.
— Me gustaría leer esa lista— me dice un amigo.
Es toda una tentación. Pero todavía me quedan algunas neuronas en sus respectivos casilleros.
— Sos un misógino— me vuelve a decir mi mujer.
Puede que sí, puede que no. Puede que sí, puede que no.
Estudié inglés toda mi vida. También estudié francés, italiano, alemán y portugués. Pero cuando estudié inglés, las que me enseñaron siempre fueron mujeres con la capacidad intelectual de una mandarina. Me hubiera gustado que fuera de otra manera pero no, fue así.
Hablo por teléfono con un amigo.
— Tengo que preparar un examen internacional de inglés.
— Ahá.
— Pero no quiero hacerlo con una mujer.
— ¿Por qué?
— Me da estrés que griten y se entusiasmen.
— Entiendo.
Me acuerdo cuando iba a la Cultural Inglesa de Pasaje El Maestro a fines de los ochentas. Yo tendría unos trece años pero ya me daba cuenta de que las profesoras que daban las clases eran, digamos, intelectualmente inferiores.
— Sos un misógino— dice mi mujer.
Puede que sí, puede que no. Nunca me enseñó un hombre. Nunca un hombre. Siempre mujeres. Un hombre sin embargo hubiera sido ideal. O al menos alguien que en los momentos en que no estábamos en clase, por ejemplo, esperando para entrar o en un recreo, hablara en español, o en idish, o en catalán, pero no en inglés. Y siempre esa falsa “frescura”, esa vocación hacia la docencia.
— Hello, how are you? How do you spent the weekend?
Una vez tuve un profesor de francés. Muy bueno. Me dio a leer escritores de África del Norte. Había nacido en Marsella, había vivido en Lima y se había casado con una mendocina en Buenos Aires. Era un poco hippie, pero sus clases me gustaban. Me acuerdo que una vez me dijo que París era una ciudad de mierda.
Hace unos días llamé a un instituto. El teléfono sonó tres veces y atendió una voz femenina.
— English & Fun, can I help you?
Corté.
Profesoras de inglés que leyeron solamente El viejo y el mar (y no lo entendieron), profesoras de inglés formadas en el Lenguas vivas, profesoras de inglés con sus listas de verbos irregulares, profesoras de inglés divorciadas, profesoras de inglés diciéndome que mi pronunciación es incorrecta. Recuerdos de la infancia que prefiero olvidar. Los libros de texto eran malos (Joe went to the bookshop), pero ellas eran peores. Hacían que los deshidratados párrafos fueran todavía más aburridos y convertían el inglés en una serie de reglas idiotas.
En las editoriales grandes de Buenos Aires las que manejan las colecciones también son mujeres. Son mejores que las profesoras de inglés, por supuesto. Si no me creen podría dar una lista.
— Me gustaría leer esa lista— me dice un amigo.
Es toda una tentación. Pero todavía me quedan algunas neuronas en sus respectivos casilleros.
— Sos un misógino— me vuelve a decir mi mujer.
Puede que sí, puede que no. Puede que sí, puede que no.
16 Comments:
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Sí, tal cual, tenía una profesora que era muy idiota y se la pasaba hablando de la película "Titanic". Cuando leí tus experiencias con este tipo de extraterrestres, me acordaba del hundimiento del Titanic.
Did they really say "how do you spent the weekend?"
If so, they were obviously very very bad.
concuerdo en las apreciaciones.
Ahora. . .¿qué hubiera pasado si al atender, hubiera dicho "English & Fuck"?
Bueno, es un comentario machista como cualquier otro, je, je.
Saludos.-
La etnia "profesoras de inglés" tiene cierto parecido con la de "maestras jardineras".
"Era un poco hippie, pero sus clases me gustaban." Ergo...
No sólo las profesoras de inglés. ¡Qué lavado de cerebro!
Es bastante certera la apreciación.
Tuve una profesora de inglés a la que le comenté que miraba Beavis and Butt-Head para aprender lenguaje vulgar y se horrorizó.
Terranova es un groso mal. Leí su novela El Caníbal y decí dejar de estudiar Letras. ¿Qué tal?
Guiándome por el "How do you spent the weekend" deduzco que ellas eran muy malas profesoras o vos muy mal alumno, si esto es autobiográfico y "toda mi vida" no es una exageración. Sin embargo, parece ser que las profesoras de inglés sí tienen esa desventaja intelectual. Pongo como excepción a la áspera Gitte Kristiansen, que, acaso por su orígen escandinavo, resultaba tan poco maestra jardinera como un profesor de inglés macho. Era una ruda macho.
Misógino y bruto.
did you spend es lo correcto al interrogar con el auxiliar.
Lo que tampoco es correcto es usar el to spend de esa manera para esa pregunta en particular.
¿Todos los idiomas que decís haber estudiado los aprendiste así de mal?
mi mejor profesor de inglés fue hombre y me brindó ese amor por la lengua del enemigo que no podría haber obtenido de ninguna otra manera.
Y durante años me pregunté si había que presentar certificado de malcogida para ser profesora de inglés. Sigo sin respuesta para eso.
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Puede que sí, puede que sí. Puede que sí, puede que sí ;)
Ups!!!!!! Qué mala onda con las teachers!!!jajaja... soy mujer, amo mi profesión e intento siempre ser creativa y comunicativa... es la única forma de aprender con entusiasmo.... y no grito!!!! Sean un poco mejores personas por favor... todos tenemos defectos... he sacado LO MEJOR de cada docente que he tenido, lo feo, lo dejo a un lado... es una manera....y saben?? funciona!!! GIVE PEACE A CHANCE....
a mi me parece que el problema lo tenes vos "how do you spent your weekend?" pobre la maestra que tenga que darte clases... pedante y acomplejado!!!
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