miércoles, mayo 10, 2006

La Cartoon Era

por Fabián Casas

Algunas consideraciones sobre este párrafo publicado en Haceme Llegar:

Toda la basura a los cartoneros

Si hablamos de la relación entre basura y subjetividad en la poesía, es imposible no hacer referencia a la que posiblemente sea la editorial más famosa de la literatura actual, que es, por supuesto, Eloísa Cartonera. Hagamos primero unas consideraciones generales. En Eloísa Cartonera tenemos escritores de cierto renombre publicados en unos libros de cartón, todos hechos a mano por cartoneros reales, de los cuales no se produce más que un pequeño puñado. Hay un gesto a analizar aquí. El hecho de usar cartón para editar literatura representa la utopía autorreflexiva del capital: no hay puro resto, no hay basura, todos los desechos reingresan al mercado gracias a cierto proceso. El cartón pertenece claramente a este concepto –todo el trabajo de los cartoneros pasa por revolver la basura y encontrar algo que pueda ser reinsertado en el mercado. Nos hallamos entonces ante una editorial cuyo rasgo distintivo es algo así como una “desfetichización de la mercancía”, ya que es imposible no notar en ella el hecho de que contiene trabajo humano. El cartón, y su defectuosa o cómica conversión en un libro, nos grita que ha sido manipulado por un cartonero. En esta medida, caería la apariencia del fetichismo, puesto que veríamos “la verdad” del valor de una mercancía, a saber, el trabajo humano. Pero, incluso si aceptamos este punto, es justo aquí que empezaría a operar una perversa inversión dialéctica: si se desfetichiza el producto, se fetichiza el productor. Pues es evidente que estamos invitados a ver en esos cartoneros no una mera fuerza de trabajo, actualizable en diversos trabajos empíricos, sino algo como un Cartonero en sí. El verdadero objeto de Eloísa Cartonera no es meramente vender literatura, pues antes que nada y todo el tiempo nos abruma el ser-cartón del libro. Tampoco se trata de asistencia social (darles trabajo a los cartoneros), sino en cierto modo de vendernos cartoneros: vendernos libros por el hecho de que han sido fabricados por cartoneros. Así, el cartonero se vuelve alguien sublime, se estetiza, se convierte en alguien “bello” –de hecho, podemos ir a verlos mientras trabajan... (¿no hay aquí cierto sesgo pornográfico?) La belleza del cartonero emana de estar entre basura; más aún, de que la basura lo defina intrínsecamente. Incluso cuando hace un libro, sigue siendo un cartonero (y no un obrero); la basura lo persigue a todas partes, no se la podrá sacar jamás de encima. Lo que hay implícito en esto es un chapoteo perverso en la basura, que eterniza una coyuntura histórica en lugar de percibirla en su devenir. El cartonero siempre será cartonero, y la basura siempre será su concepto –ésta es la significación ideológica última de Eloísa Cartonera”.


Las consideraciones:

Durante las jornadas del Rojas dedicadas a los 30 últimos años de nuestra querida y remota poesía, dos nenitos (a uno de ellos yo la conocía, la adorable Anita Mazzoni) hablaron de la cualquierización de la poesía de los noventa (lo cual me inspiró esta garcha: “acaban de poner en venta/a los mogólicos del 90”). Más claro: ponían el eje de su discurso en el envase, en la forma en que están hechos los libros de los noventa –y le daban a la matraca a Marx, el fetichismo de la mercancía etc, etc-. Parece ser que el formato, la materialidad del broli, define a la poesía. La tesis era voluntariosa y los que estuvieron en el Rojas valoraron que los dos nenitos pusieran garra y entusiasmo. Pero también flotaba en el ambiente –de hecho, Daniel Samoilovich les perdonó la vida cuando les salió al cruce- que la idea de fondo era más efectista que reveladora. Como decía Ezra, que nos estaban adornando con una vacuidad camuflada con un buen estuche.

En el párrafo con el que se abre este texto –Toda la basura a los cartoneros- (y acá también de los dos nenitos que lo firman conozco a uno: Violeta Kesselman) se vuelve sobre la cuestión del envase. Es un párrafo bastante largo inserto en el mezzo de un texto donde se hace un rescate de la obra de un poeta, para mí, mayor. Daniel García Helder. La verdad, cada uno puede opinar lo que se le cante sobre Eloísa Cartonera. Uno de los lemas de la editorial que se nos ocurrió con Qqrto es : Un libro no se le niega a nadie. Creo que las apreciaciones sobre Eloísa pecan, por lo general, de ser reflexiones de personas que no pueden saltar de su propia sombra: la burguesía argenta. Un cartonero no es hermoso por ser cartonero. Pero tal vez, para algunos, lo sea. A algunos les gusta garcharse perros. La pobreza no es hermosa, a menos que sea la pobreza voluntaria, o Wabi, que predican los japoneses. Sí, hay millones de snobs en el mundo que compran los libros de la Cartoon - era porque es cool. Y muchos autores lo hacen por la misma manera (se sorprenderían la cantidad de autores “famosos” que querían ser publicados por Eloísa). Como Cucurto es un estafador genial (ahora para algunos Cucurto también es hermoso) utiliza a ese caudal de imbéciles para poder publicar cada vez más libros de una literatura a la que es muy difícil de acceder porque es desconocida, está fuera de catálogo o porque no la publican las editoriales grandes. Después de la crisis que sacó a De la Rúa en helicóptero de La Rosada, el único material barato para hacer libros, era el cartón y la fotocopia. Con lo cual el envase salió de una necesidad y no de una elucubración. Eloísa Cartonera necesita vender para poder publicar más libros. Es como el tiburón tigre, que si para de nadar, se hunde. Y si tiene que liquidar a su madre para seguir publicando –como lo sugería Billy Faulkner- lo va a hacer. No hay que buscarle mucha más ideología a Eloísa. Las ideologías no permiten pensar. Me pareció una pena que en un texto de rescate sobre Helder (pero a Helder no hay que rescatarlo de nada, ya que está parado exactamente donde él quiere estar, cosa que no muchos pueden hacer) creciera como un tumor esta metástasis que termina dominando el texto. ¿No hubiera sido mejor analizar el devenir de Helder-Rey Mundi y el último Alejandro Valentín Rubio (el que escribe Rosario) ya que ahí hay –cada uno en su singularidad-, una vertiente obsesiva y notable de la última poesía argenta? Paz.

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31 Comments:

Anonymous Anónimo said...

claro, pero hay una cosa que está clara: luego de años de existir una editorial (y de funcionar, básicamente) se puede replantear la calidad del objeto para hacerlo más funcional a su fin: el de ser leído.

si leer va a ser una experiencia que, aparte de exigirle a uno entregarse a lo que lee, le exige que cuide que las hojas no se caigan, o se fije si estén al revés o si el toner de la fotocopia se corrió, se empieza a armar un cómo-leer; se tiene que aprender a manipular ese material. y estoy seguro, como diseñador, que la mayoría de los lectores no devenir en usuarios.

1:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

anónimo, reformule la última oración por favor.

3:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

por ej, a mi no me gutan mucho los libros de carton.. pero aparte del asunto de si hay fetichiz o comprenzion: eloisa es una perfo
y contundente. digo, es un gesto q excede lo literario

4:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

los chicos quieren rock, pero les sale malambo ...

4:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo quiero que me publiquen en la cartonera !!

12:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

casas ejectua la orden de allanamiento de la policía cartonera.

2:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La cartonera va a publicar el Guadal.

3:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ricagno fue publicado por Eloísa y nos tuvimos que meter el libro en el ortinG!!

3:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mr. Lemmings, se le recomienda una contralectura de la Clase Ociosa de Veblen con unas cucharaditas de Platero y Yo. Como lo suyo es saque y volea, cancha rápida rayada, el postre ideal serían Los cañoncitos de Navarone, o algo más light como algún ensayito de Max Scheler o Carl Schmitt.

3:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Mr. Lemmings, se le recomienda una contralectura de la Clase Ociosa de Veblen con unas cucharaditas de Platero y Yo. Como lo suyo es saque y volea, cancha rápida rayada, el postre ideal serían Los cañoncitos de Navarone, o algo más light como algún ensayito de Max Scheler o Carl Schmitt. ", che, en los blogs la gente se vuelve muy boluda, no?

4:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

mmm... en casi todos los artículos leídos en esa web, siempre me quedó la sensación que el intento de análisis está por sobre las capacidades del que lo realiza.

4:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"en casi todos los artículos leídos en esa web"

¿Esa web? ¿Cuántas webs hay?

Mucho "usuario anónimo" y muy poco rigor.

9:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ponele un 'site' al lado, ponele. Diría: mucho 'usuario anónimo', muy poco rigor, y mucho geronte con menos chat que Libertad Lamarque.

2:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Casas, dejá de tratar a todos como si fuesen boludos, y dejá de subirte a la Cartonera que vos ahí, lo único que hacés es tomar mate y hablar al pedo.

Flor

4:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Flor, andá a lavarte las tetas...

6:21 p. m.  
Blogger SL said...

el barrenalove y newland están operando para dejar a la literatura argentica así de chiquitita! OJO!!!!

12:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo fui al tayer de Casas y Kesselman no hablaba así. No usaba palabras como "intrínseco", ni frases como “desfetichización de la mercancía”. Era una piba de barrio que salía con un cartonero, era ultravioleta, ahora es Violeta Rivas.

1:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo fui un día al taier de casas y eran todos botones como vos.

12:14 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

la literatura argentina
quedará así de chiquitita
si la siguen
encerrando en capillitas

Flor

10:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

abrila en capullitos flor!

3:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

todo esto es una lucha de clases, es un "juego" de clases- lo de siempre...nada nuevo.

3:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿qué es la desfetichización de la mercancía ? ¿quieren saber ni opinión?

4:46 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ahí leí en el blogs de lolamar que Casas les dice nenitos y eso lo ve como una falta de respeto. pero yo creo que esta niña no cocnoce a Casas, ya que él siempre dice nenito o nenita, mogólico -cuando habla de Cucurto- y me parece que todos lo toman más en serio de lo que él se toma. Decir nenito es un gesto de cariño ¿no? Y ser joven o viejo no es nada. Pero para Lolamar parece que s;i. para Madonna también. me imagino a Lola dentro de muchos años con mucho maquillage para seguir siendo una nenita. Y a Casas me lo imagino muerto, pero vivo, en sus textos. porque estos "nenitos" todav;ia no escribieron nada.

7:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"las ideologías no dejan pensar" ¿quién escribió eso? ¿Rozitchner?

10:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No, tiene sujeto y predicado, así que no es de Rozitchner. Y está buena.

11:06 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

aguante
lolamaaar

Los chicos crecen y los grandes temen

A veces también me canso de romanticismos. No todo es lo mismo ni nada es igual. Los ´90, el 2001, los poetas. ¿Qué pasa que les dicen nenitos? Qué pasa poeta del ´90 que necesitás nombrar de ese modo a los únicos que están pensando y escribiendo con pluma irreverente y tomas de posición sobre la producción poética de la década del ´90 y de mucho más acá también. Porque tienen (tenemos) veintiuno, veintidos, veintitrés y si somos grandes estamos por cumplir veinticuatro.
"La adorable Anita Mazzoni", dice Casas como si hablara de una hermana menor. Los chicos crecen y prefieren leer a hacerse amigos nuevos. No les importa "conocerse" (Casas remarca a quiénes de esos nenitos él conoce), ni dejan de hablar (y leer) enmudecidos por esos lazos sociales. Seguramente unos y otros puedan disentir con sus lecturas y conclusiones, pero vendría bien, en principio, leerlas y dejar de menospreciar tan temerosamente a quien viene atrás de uno. Qué es sino valorar (sólo) el entusiasmo y la garra para no hablar de las ideas. Quisiera ver tus revelaciones.
En fin, una defensa que no contempla que la crítica de Selci-Mazzoni-Kesselman se hace a posteriori sobre lo que presenta la editorial y no opina sobre las intenciones previas (si el cartón y la fotocopia eran la única posibilidad una vez caído De la Rúa y venida la devaluación y si la editorial nació de "una necesidad o una elucubración"). En todo caso, habrá que ver qué hay de lo que quería ser Eloísa Cartonera, qué es, cuál es su estetización y sí, también, su ideología. Yo sí creo que las ideologías permiten pensar.
Y que por más posmo que se quiera ser, lo que hacemos va y viene desde, hacia y con ideología.

10:35 a. m.  
Blogger Pedro Mairal said...

anónimo: me gustaría postear tu comentario acá en el remisero, pero antes deberías firmarlo. podés?
pedro mairal

11:13 a. m.  
Blogger Molina said...

Remisero: este comment que el anónimo dejó en todos los post, es la transcripción de un post de Lolamar

2:29 p. m.  
Blogger marina k said...

Esto lo escribí yo pero no dejé este comment. Me escribió mairal para postearlo y acepté, pero no sabía de que alguien lo había puesto ya de este modo.
Los "nenitos" estamos escribiendo -para el que dijo que no-. A juan arana también le digo que no me parece una falta de respeto que Casas nos diga como nos quiera decir, sino algo más bien temeroso, o ni siquiera eso... Prefiero que lea y que discuta, en lugar de despotricar de manera infantil con diversos apelativos.
Tampoco me parece que en estos posts haya gran discusión de ideas. Creo que Casas justamente con su post clausura esa discusión y yo sólo me pliego a eso, sin que sea muy productivo. Pero es lo que me salió en el momento, así que es válido.
lo de que las ideologías no dejan pensar... no es nada bueno.

nada más, hecha la aclaración.
saludos,
mk.

3:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
»

5:09 p. m.  
Blogger keki said...

"Sólo los niños creen. Pero los niños crecen"

Isiodro Blaisten.

5:52 p. m.  

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