El escritor y los otros
Por Juan Terranova
Sartre dijo, en Huis Clos, que el infierno eran los otros. Es una frase importante, citada hasta el hartazgo. El infierno son los otros.
Chomsky, un intelectual norteamericano de izquierda, un tipo que salta, escuchen bien, de la lingüística a la denuncia política, le respondió lo previsible, diciéndole que no, que el infierno es uno mismo.
Es la respuesta obvia, la respuesta esperable. A mí no me convence. Podría llegar a estar de acuerdo si Rimbaud no hubiera formulado, hace ya casi ciento cincuenta años, otra frase, la que contiene, anuncia y también ilumina las palabras de Sartre: yo soy un otro.
Quizás Chomsky sea el infierno de sí mismo. Eso casi no lo dudo. Insisto, un intelectual norteamericano de izquierda, entre la lingüística y la denuncia política. Pero si el infierno es uno mismo, ya está. Cierren todo. Porque, literalmente, toda la carne ya está en el asador. La frase de Sartre, creo, es más compleja, más ambigua, más interesante de revisar. Sartre insinúa, entre otras cosas, que es posible zafar del horno.
¿Quiénes son “los otros”? Empecemos por decir que los otros no son “lo otro”. “Los otros” no son los indios del amazonas, los vietnamitas, los japoneses, los cabecitas negras, los marcianos, los piqueteros. Esos son “lo otro”. Muy por el contrario, “los otros” son algo que se parece bastante a nosotros, a uno mismo. De hecho, la palabra “nosotros” los contiene. Una de las interpretaciones posibles de la frase de Sartre, y para mí no es la menos importante, es que “los otros” son los otros escritores, los otros filósofos, los otros intelectuales, los otros periodistas. En definitiva, los que son como uno, pero no son uno.
Hemingway, en una serie de consejos atendibles, dijo cosas muy puntuales sobre este asunto: “Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias...”
El párrafo dice mucho, pero lo que queda más claro es que si caés en la botella, fuiste. Un escritor necesariamente tiene que aprender a estar solo.
Ahora bien, esto no quiere decir que la soledad sea algo grandioso. La soledad no buscada, sobre todo, es mala para cualquiera. Aparte, escribir implica aprender a leer, y para aprender a leer, como dijo Hegel, hay que intentar ser contemporáneo de uno mismo.
En soledad es más difícil aprender a leer. Y en la lectura, y en compartir lecturas, creo, está la clave. Un escritor que no lee o que no pone en funcionamiento lo que aprendió en sus lecturas (consciente o inconscientemente) es muy probable que escriba cosas malas.
En una carta que Vicent van Gogh, un gran solitario, le escribe a su hermano Teo desde Ámsterdam el 3 de abril de 1878 encuentro la mejor respuesta a este dilema: “A veces conviene ir hacia el mundo y frecuentar los hombres porque uno se siente allí obligado y llamado, pero el que prefiere permanecer solo y tranquilo en su obra y tiene sólo pocos y buenos amigos es el que circula con más seguridad entre los hombres y el mundo.”
Sartre dijo, en Huis Clos, que el infierno eran los otros. Es una frase importante, citada hasta el hartazgo. El infierno son los otros.
Chomsky, un intelectual norteamericano de izquierda, un tipo que salta, escuchen bien, de la lingüística a la denuncia política, le respondió lo previsible, diciéndole que no, que el infierno es uno mismo.
Es la respuesta obvia, la respuesta esperable. A mí no me convence. Podría llegar a estar de acuerdo si Rimbaud no hubiera formulado, hace ya casi ciento cincuenta años, otra frase, la que contiene, anuncia y también ilumina las palabras de Sartre: yo soy un otro.
Quizás Chomsky sea el infierno de sí mismo. Eso casi no lo dudo. Insisto, un intelectual norteamericano de izquierda, entre la lingüística y la denuncia política. Pero si el infierno es uno mismo, ya está. Cierren todo. Porque, literalmente, toda la carne ya está en el asador. La frase de Sartre, creo, es más compleja, más ambigua, más interesante de revisar. Sartre insinúa, entre otras cosas, que es posible zafar del horno.
¿Quiénes son “los otros”? Empecemos por decir que los otros no son “lo otro”. “Los otros” no son los indios del amazonas, los vietnamitas, los japoneses, los cabecitas negras, los marcianos, los piqueteros. Esos son “lo otro”. Muy por el contrario, “los otros” son algo que se parece bastante a nosotros, a uno mismo. De hecho, la palabra “nosotros” los contiene. Una de las interpretaciones posibles de la frase de Sartre, y para mí no es la menos importante, es que “los otros” son los otros escritores, los otros filósofos, los otros intelectuales, los otros periodistas. En definitiva, los que son como uno, pero no son uno.
Hemingway, en una serie de consejos atendibles, dijo cosas muy puntuales sobre este asunto: “Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias...”
El párrafo dice mucho, pero lo que queda más claro es que si caés en la botella, fuiste. Un escritor necesariamente tiene que aprender a estar solo.
Ahora bien, esto no quiere decir que la soledad sea algo grandioso. La soledad no buscada, sobre todo, es mala para cualquiera. Aparte, escribir implica aprender a leer, y para aprender a leer, como dijo Hegel, hay que intentar ser contemporáneo de uno mismo.
En soledad es más difícil aprender a leer. Y en la lectura, y en compartir lecturas, creo, está la clave. Un escritor que no lee o que no pone en funcionamiento lo que aprendió en sus lecturas (consciente o inconscientemente) es muy probable que escriba cosas malas.
En una carta que Vicent van Gogh, un gran solitario, le escribe a su hermano Teo desde Ámsterdam el 3 de abril de 1878 encuentro la mejor respuesta a este dilema: “A veces conviene ir hacia el mundo y frecuentar los hombres porque uno se siente allí obligado y llamado, pero el que prefiere permanecer solo y tranquilo en su obra y tiene sólo pocos y buenos amigos es el que circula con más seguridad entre los hombres y el mundo.”
28 Comments:
Me encantó el post. Y me dejó pensando en que uno también es el infierno del otro. Y que somos una camada de infiernos nutriendonos generosamente con pesadillas. Y también que el infierno tiene algo de error. Y que errar es humano, pero hecharle la culpa a otro es divino (y esto quiere decir acusarlos de no haber interpretado correctamente nuestras palabras).
Saludos.
Terranova,
Me parece que está bueno juntarse a charlar, tomar, morfar y divertirse. Se aprende de los otros y me gusta cuando se dan intercambios de recomendaciones.
Me gusta también lo de compartir lecturas y películas.
Kako, somos una gran hoguera!
Atte.
Qué simplona definición deChomsky y su compromiso político. Es evidente que tenés tremendos prejuicios sólo por razones ideológicas.
Lo extraño es que te olvides de marcar que Sarte tambieen era un intelectual de izquierdas con compromiso poleitico, segurmanete sabés de él sólo frases sueltas. SI hubieras leeido realmente "A puerta cerrada' entenderías perfectamente qué quiso decir Sartre, pero no lo has leído y decís pavadas gigantes como que se refería a otros del quehacer académico, debe ser por esa obsesión que tenés de hablar del lector, del escritor y mil lugares comunes a la pérdida de tiempo de Puan porque no pueden escribir nada que valga la pena ser leído.
Aparte, Chomsky es un intelectual tan valioso como fue Sartre en su momento. Lucha por la libertad y por la justicia, y eso es mucho más de lo que hacen los de este blog de mierda.
No somos sin los otros. Empieza desde el pecho materno.
Me parecen más atendibles las opiniones cuando vienen sin agresiones.
saludos
¿Justicia y Libertad? ¡Chomsky es como un superhéroe!
El tercer anonymous no es el mismo anonymous que yo aunque en la virtualidad los 'otros' podamos parecer todos los mismos y cierta clandestinidad sea interesante por la manera en que se despersonifican las opiniones.
Sin embargo coincido con el tercer anonymous, Chomsky al igual que Sartre coincidieron en establecer un compromiso entre su pensamiento y el mundo en que viven.
No sea bruto, veta. No sea bushista o DComista, hay otros modos de luchar que no son precisamente las armas y lo superpoderes y que es una lucha más difícil que eliminar "enemigos' físicos: la de luchar desde la palabra para desburrar idiotas que simplifican derechosamente y pretenden ironizar sobre la ideología de un pensador creyendo que hay algo de malo en eso como hace el pseudoescritor mediocre de este blog.
Es tan burro que luego hará un post diciendo que los lectores no lo entienden. Está clarísimo como piensa.
Muchos entendemos muy bien cada cosa que escribe, nos reímos cruelmente y optamos por no decirle nada y dejarlo patalear en su charco retórico. Tanto lo entendemos que ni él se da cuenta que piensa lo que piensa, pobre.
Y si no pongo mi nombre también es porque sé que Terranova es una persona violenta que amenaza con agredir físicamente a la gente que no piensa como él. Los que lo conocen saben que aparte de iletrado también es matón.
Muy buen post. Sintético, claro y en el blanco justo.
Me resulta sorprendente que Chomsky haya dicho que el infierno es uno mismo porque él parece tan seguro de sí mismo, tan contento con el infierno que acusa ser. Si realmente creyera que el infierno es uno mismo no se sentaría sobre un fundamento innato ni actuaría en los medios en ese mundo dicotómico en el que insiste en seguir viviendo.
Saludos
Hola, soy el cuarto anónimo y quiero decir que no escriví el último anónimo, aunque sí el cuarto. Yo no firmo con mi nombre, no porque le tenga miedo a Terranova, sino por qué, como ya dije, creo que es interesante como se despersonifican las opiniones.
Ahora, anónimos, ponerse un sobrenombre, que nada nada tenga que ver con sus nombres, no sería más fácil que estar aclarando qué anónimo son????
Por lo menos los lectores no tendríamos que leer sus aclaraciones sobre cual son...
Meu deus
saludos
"Estar solo es entrenarse para morir" escribe Céline en Voyage... Nuestra vida, la de los otros, el mundo, todo es el infierno: La elección de acercarnos a los otros no puede tener más sentido que el de apagar mutuamente nuestras llamas eternas. Podemos resignarnos antes y "ahogarnos haciendo pie" o intertar matar nuestra cobardía
Alguien me está saboteando. Yo soy la que escribí el primer ánonimo y no escribí nada más. Por favor, que quede claro.
los otros es una película, y también una película.
Después de leer estos comentarios, lo que queda claro es que el infierno es el usuario anónimo.
apuesto a que si los anónimos pusieran un blog, el sitio no lo leería nadie. hablan de chomsky, de sartre, y son incapaces de ponerle el cuerpo a sus ideas. a lo mejor cuerpo no tienen, porque no existen.
yo interpreté de otra manera lo del infierno de chomsky, más como una apología de él que como un ataque: yo leí "debe ser difícil para un americano ser de izquierda en un país donde la mayoría de la gente se siente cómoda con tipos como bush" o algo así.
Volví, yo, el verdadero Anonymous. Me gustó esto de ser "volveré y seré millones de clones"
Hemos alegrado este embolante barrio y le hemos dado un discreto record de comments que ayudará a sostener el ego del escribiente.
Mirá Terranova, te voy a ser sincero. No me gusta que se metan con Chomsky sin tenerlo bien manyado. Es más, a mí me gustaría ser Chonsky, pero no me da la cara (a los sumo me da para ser Chongo.) Afortunadamente soy linkeano: quiero que me hagan el ano.
Así somos los usuarios anónimos, nos confunden con cualquiera.
Eso, eso.
les gusta ser clones, les gusta ser chonskys... a mí me parecen infradotados como beavis & buthead
Nico: deja de romperme las bolas!
El anónimo de arriba era yo
volveré y seré millones
los usuarios anónimos se la comen
Es mejor comerse la de Chomsky a sabiendas, que ser un chupapijas de Aguinis, sin saberlo.
¡este es un blog de peteros!
Iba a escribir sobre el texto de J.I. (que me hizo pensar en las interconexiones y en la red)pero luego de tantos anónimos, debo reconocer que esta gente multiplicándose fue -lamentablemente- mucho más divertida que mi post original...
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