lunes, julio 31, 2006

El ejército

Por David Wapner, desde Israel
1.
Esto es un asco.
2.
Viajamos ayer a Beer-Sheva, la ciudad de sur en la cual vivimos hasta hace nueve meses. El autobús se llenó de soldados, muchos de ellos reservistas que habían recibido la cédula 8 de reclutamiento y se dirigían a sus bases. No es raro ver soldados en Israel, y en sus medios de transporte, todo lo contrario, su presencia es asfixiante, en cualquier época del año, haya guerra o no. Israel se parece a una historieta de Grondona White que publicó la revista "Humo(r)" allá por 1980: una Argentina utópica al revés, en la cual la condición natural era ser militar. Chicas y chicos visten el uniforme como su fuesen estrellas de rock, sus fusiles sos sus Fenders.

El ejército es la madre y el padre de la sociedad israelí. Genera sus hormonas y las mantiene alerta. Es el modelador central de sus conductas. El motor de cada movimiento individual y colectivo, y su propio combustible. Promueve la música joven y lanza a la fama estrellas. Amasa y hornea a sus políticos. Confiere legitimidad a quien pasa por sus filas. Margina y anatematiza a quien no haya sido soldado. Un padre que pierde a su hijo durante un operativo militar gana prestigio y es respetado.

¿Qué se puede pedir de una sociedad cementada alrededor de su tronco, el Tsahal (Ejército de Defensa Nacional)? ¿De una sociedad cuya droga y alimento es la existencia de un enemigo permanente? ¿De una sociedad discapacitada para el pensamiento crítico?¿De un país en dónde el arte disidente no existe?

3.
El primer ministro Olmert ha dado hoy un discurso ante la Kneset que es para temblar: no habrá alto del fuego, se intensificarán los ataques, nos caerán misiles y cohetes, debemos prepararnos para "sangre, dolor y lágrimas." Se va a profundizar la "limpieza" del sur del Líbano: se les dio 24 horas a los habitantes de las aldeas para que abandonen sus viviendas. A los que se queden, los van a matar. Dijeron, vamos a matar a los del Hizbollah, y también vamos a matar a sus simpatizantes. Y a aquellos que potencialmente puedan tener afinidad con los "terroristas", también.

A los israelíes esto los pones de pie. Que podría ser un pie en su propia tumba.

Quedan 4 días

Diapositiva N°9


Texto: Idefix
Foto: Marina Llambí


Abro los ojos. Esto no es mi cama, tampoco casa. Es un auto, el asiento todo para atrás. Tiro de la manija y el asiento se endereza. Varios porteros baldean sus veredas. No sé de quién es el auto. ¿Las llaves? Puestas. Nada, no me acuerdo de nada. En la guantera, una tableta de bayaspirinas; queda la mitad. No hay papeles de seguro ni cédula verde. Me zampo un par de aspirinas. Giro la llave y BUM BUM, “Buen muchacho”. Prendo la radio, hay sol, recorro el dial, también algunas nubes y están pasando mi canción preferida. Arranco.

domingo, julio 30, 2006

Fuentes

Por David Wapner, desde Israel

1.

No estoy comprando los diarios todos los días; los ojeo en los kioscos, los leo en internet, y luego los busco viejos en la calle. Una fuente importante es la radio, no por la calidad de su información, precisamente, ni por la independencia de sus analistas, que no existe. Pero, por ejemplo, enciendo en este momento la portátil:

"... dicen que todos los locutores de la Radio del Ejército que no fueron reventados en los últimos ocho meses serán relevados."

Quien hablaba estaba recordando un suceso de otra guerra, en 1974.
Cuando hablan de cualquier guerra están hablando de la actual.
Y si hablan de la actual, recuerdan las anteriores.

Hoy, por la misma radio, a las siete de la tarde, entrevistaban a dos militares de la unidad de elite "Golani" que se reponían de sus heridas en el hospital "Rambam", de Haifa. Les preguntaban si querían volver al frente, uno respondió:

"Claro, para eso nos entrenamos, estamos cumpliendo una misión, al país nos debemos."

Otro:

"Por supuesto"
"¿Qué significa 'por supuesto'?"
"Querría estar ya en Beirut."
"¿No tienen miedo?"
"Ellos nos tienen que tener miedo."
"Pero primero tienen que cambiarse las medias y los calzoncillos."
"Y lavarnos los dientes."

(Risas; los soldados heridos habían llegado sin medias y sin calzoncillos al hospital)


2.

La televisión, casi no la veo.
Apenas funciona.


3.

A eso de las nueve fuimos con Ana a comprar fruta y otros víveres a un supermercado que permanece abierto las 24 horas. El súper queda en Jafo, antigua ciudad árabe anexada a Tel-Aviv, en el linde con Bat-Yam. En el camino, sobre un tacho de basura, sobresalía una pila de suplementos sabatinos intactos del diario "Maariv". Nos llevamos uno para cada uno, y nos sentamos a leer.
A medida que pasábamos las páginas, nos preguntábamos, ¿dónde están los libaneses? ¿Dónde está el Líbano?
Nasrallah, sí, en forma de viñeta superior que se repetía a modo de estribillo.
Pero los libaneses no aparecieron hasta una foto a doble página, en forma de puntos difusos que se desparraman por una superficie sin orden ni criterio. El escenario era una foto de Beirut, tomada con objetivo ojo de pez, o filtrada a través de un efecto digital que lo emula. Lo que se adivinaba eran edificios en ruinas. Y los puntos parecían huír de entre los escombros.


4.

Domingo a las ocho de la mañana, encendí la radio y me enteré de la masacre en la aldea de Qana.

sábado, julio 29, 2006

Bichitos colorados













por Juan Incardona

Se venía corriendo la bola que Lugano iba a venir a Celina con más de cien chabones, que los estaban reclutando de Lugano 1 y 2, de la villa de Escalada y de Copello. Resulta que una semana atrás habíamos ido a jugar a la pelota al Maristas por un campeonato que armaron los curas. Después del partido, que ganamos 3 a 1, un gordo bestial, al que le decían Oso, se la agarró con mi primo Tato. Pobre Oso, pura espuma, no sabía la que le esperaba. Tato era un pibe flaquito, como chupado, y de estatura normal. Pero las apariencias engañan. Mi primo era uno de los pibes que mejor peleaba en Celina. A Peluca, al temible Peluca de los bajitos cerca del centro comercial, lo cagó a trompadas más de una vez. Tato era rapidísimo, de piernas y de brazos, una cosa de otro mundo. Una vez nos trenzamos, cuando éramos chicos. Fue en el campito de Celina. Los dos jugábamos para Bichitos Colorados, equipo mítico de los torneos infantiles de La Matanza. No sé por qué nos agarramos, pero sí me acuerdo la paliza que me dio. Por cada piña que le daba, él me devolvía cinco. Cuando nos separaron, Gastón del décimo empezó a cargarme porque yo lloraba y reía al mismo tiempo. “Ríe-llora, ríe-llora...”. Enseguida Tato, que quería reconciliarse conmigo, me dijo que me hiciera respetar, que le pegara una trompada. Sin pensarlo demasiado, me acerqué a Gastón del décimo, que no paraba de reírse, y lo puse en el medio de la boca. “¿De qué te reís?”. Al toque empezó a sangrar. Se fue a la pileta, sin decir nada. Tato me felicitó y me abrazó. Nunca más nos volvimos a pelear y durante años fuimos pegados como garrapatas. Bueno, me fui por las ramas. Como siempre. Volviendo atrás, el Oso lo bardeó a Tato en el Maristas. La cosa es que mi primo lo fajó. Los amigos del Oso saltaron y nosotros también. Se armó un combate importante. La nota graciosa la dio uno de los Hermanos Maristas, que puso por los altoparlantes: “La paz esteeeé coon nosootros, la paz esteeeé coon nosootros, la paz esteeeé coon nosootros, que con nosotros, siempre, siempre esté la paz”. Era bizarro.

Finalmente, el Oso y sus amigos, todos de Lugano 1 y 2, se fueron a la mierda, pero ojo, prometían venganza. El héroe del día fue mi primo, no cabía duda. Todos lo felicitaban.
Hay una canción de Pity que no me puedo despegar. Dice “somos indios latinos con guitarra eléctrica y comunicados a través de internet”. Otra vez me puse tangencial, y bue. Lo que pasa es que al pensamiento le agarra efecto de Joule: donde hay corriente también hay producción de calor colateral. En fin, se decía que iban a venir con cuchillos, con cadenas y toda la sanata, es más, en una de esas traían fierros. Y que vengan, si quieren venir que vengan, dijo un borracho.

Un viernes a la tarde estábamos jugando en la Sociedad de Fomento. Seguro que el pasto estaba alto. Seguro que la pelota estaba ovalada. Seguro que había un árbol en el medio de la cancha. De pronto, un pendejo, que después no vi más, apareció corriendo y dando la voz de alarma, desesperado, que venía una banda haciendo pata ancha entre los edificios de la General Paz. Los rumores se hacían realidad. No había tiempo que perder. Nos repartimos. El cabezón Adrián fue a buscar a los escobitas, a Gusano, a Cocorocó y a los dos Juanchitos -el mayor cagaba a palos a toda la 137. Tino se encargó de Julio, Rober y los pibes de Caaguazú. A Petete le tocaron los pibes de Unanué, que eran un montón. Tato y Bomba, mi otro primo, fueron al 7 y al 11 a traer a todos los que encontraran.

Pasaron más o menos diez minutos y ya teníamos a los extranjeros encima. Venían re embalados y nosotros todavía sin refuerzos. Nos rodearon. “¿Dónde está Tato?”, preguntaron. “Acá”, les dijo Rafa, agarrándose los huevos. Nos empezaron a cascotear. Pensé que nos mataban, pero enseguida aparecieron nuestros monos, que salían de todos lados. De cada rancho de Celina por lo menos uno, hasta gente grande. Fue una gresca histórica. Los escobitas vinieron en motos. Duró como una hora. Mi primo Tato volvió a destacarse. También un pibe al que le decían San Martín. Dicen que ese día se inventó la frase “a cada chancho le toca su San Martín”. No sé. Me gusta caminar en otoño, pisar las hojas caídas de los árboles, escuchar el ruidito que hacen al quebrarse. El raterío estaba más revuelto que nido de caranchos y a Lugano se le repudrió. Al Oso le volvieron a romper la cabeza. Les dimos para que tengan. Los corrimos hasta la General Paz. La frontera no la cruzamos, porque nunca se sabe. En una de esas nos tenían preparada una trampa. Cuando era chico un tío mío que fue a Estados Unidos me regaló unos chicles gigantes. Yo nunca había comido chicle. Dijeron que tuviera cuidado porque si lo tragaba se podía pegar en el estómago y morirme. A la semana siguiente de la pelea, hubo otro minicampeonato en el Maristas (duraban solamente un fin de semana). Nos anotamos como “Bichitos Colorados”. Llevamos una banda de gente. Le pedimos a don Ángel y a Luis, antiguos técnicos de los Bichos, que nos dirigieran y aceptaron de primera. Hasta conseguimos los trapos de aquella época. También llevaron un bombo. El chino y los guachos de Ugarte hicieron una bandera gigante que decía “Aguante Celina”. Salimos campeones. Aguante Celina. El tiempo es una mancha de humedad. Los años son gotas blancas que van cubriendo las fotos que tengo en la cabeza. Pero todavía queda algo. Tato la rompió. Yo hice un gol con la panza, fue muy loco. En un corner, la pelota se cruzó a media altura, demasiado alta para el pie, demasiado baja para la cabeza, y la empujé con la panza!


Dedicado a Tato Cogorno

alojamiento sin cargo

Por David Wapner, desde Israel

1.

En la feria de artesanías de Najalat-Binyamin, de Tel Aviv: "¡Nuestros soldados! ¡Niños de 20 años!" (Una mujer rompe en llanto).

2.

Hoy, Hiszbollah lanzó un cohete "de nuevo tipo", sobre la ciudad que un diario español identifica como Al Afula, que el diario Clarín trastoca en Alufa, y que todos aquí conocen por Afula, al sur de Haifa. Este cohete es iraní y de larga distancia, dato del cual hago esta lectura: mengua el arsenal de Hizbollah, que comienza a utilizar verdaderos misiles de los cuales cuentan con pocos. Los mejores y potentes los dejarán para el final, en cuyo escenario aterrizará alguno sobre la zona de Tel-Aviv.

Si cayese un misil en Tel-Aviv, las víctimas, destrozos, incendios que causase, llevarían al corazón de Israel un eco lejano de la tierra arrasada en que Israel convirtió al Líbano.

Así, los israelíes del norte, cuyas ciudades y pueblos son golpeados por los cohetes shiítas a un promedio de 100 por día, se han desplazado en estos días a las ciudades del centro y del sur, en un reflejo a escala del éxodo masivo hacia el norte de libaneses del sur que huyen de aldeas que han sido borradas del mapa.

3.

Entradas gratis a los espectáculos y museos, anteojos negros de regalo, alojamiento sin cargo en hoteles de Eilat, para aquellos que se han movido desde el norte amenazado. Que no son todos sus habitantes: pobres, ancianos, enfermos e inmigrantes se han quedado, atentos a las sirenas y a las directivas del Comando de Retaguardia, para bajar a los refugios.

viernes, julio 28, 2006

El día que conocimos a Don King


Estábamos en Open Gallo, después del partido, cuando lo vimos. ¿Es Don King?, decíamos. No lo podíamos creer. Se nos acercó y le pedimos sacarnos una foto. Es re macanudo. Quedamos que el jueves que viene se prende al cinco contra cinco.

Diapositiva N°8


por Idefix

Tenía 8 años. Para las vacaciones, mis padres alquilaron una casa en Brasil, la alquilaron a medias con una familia amiga. El viaje en auto es largo. El camino tiene curvas, morros y selva. En una de las paradas, me paso al auto de la familia amiga. Al rato tengo muchas ganas de cagar, pero me da vergüenza decirles que paren, que me estoy cagando encima. Avanzamos lento, media hora atrás de un camión, “Así no llegamos más”, pienso. Por fin, en un puente nos tiramos a pasar. En el medio del puente se nos revienta una goma y el auto empieza a zigzaguear. De frente viene otro camión. La mamá de mi amigo grita, el papá pega un volantazo y el auto empieza con las vueltas carnero. Vueltas y vueltas. En medio de las vueltas me echo un buen cago.

jueves, julio 27, 2006

Bajas

Por David Wapner, desde Israel

Seiscientos civiles libaneses han muerto hasta hoy desde que comenzó el ataque israelí, informó el Ministerio de Saludo de el Líbano.
¿De qué se habló hoy en la radio y la televisión?
De los nueve militares israelíes muertos ayer durante los combates en Bint Jbail y Maroun al-Ras. Una y otra vez se pasó el reportaje a sus familiares y la biografía de cada uno de los caídos.
Uno de ellos era etíope y había sido rechazado para integrar las unidades de combate por "bajo perfil". Con el apoyo su familia y clan, que veía en el enrolamiento de su muchacho una cuestión de orgullo y honor, logró ser aceptado en la unidad de elite "Golani", y como "golani" encontró su muerte.
Otro era un inmigrante ucraniano, hacía seis años que había llegado al país.
Del resto, no recuerdo, o no tomé apuntes.
No importa. Todos estaban enrolados en "Golani". El servicio militar es obligatorio en Israel.Pero nadie está obligado a enrolarse en unidades de combate. Mucho menos en unidades de elite. Quién les manda a ser guerreros: lo siento, sus nueve muertes estaban contempladas dentro del librote.
No así la de los 600 civiles libaneses, ni las de los más de treinta israelíes.Ni hablar de los palestinos.

después de la tormenta

Por Natalia Moret
la terracita de la oficina, sobre la que balconean mis pies cuando fumo, empieza a llenarse de un granizo muy pintoresco. lindo para mi viernes, pienso, el espectáculo distrae y va poniéndome en clima weekend de apachurre. esto es una especie de loft, con techo de vidrio y de chapa. la lluvia repiquetea deliciosamente como en casa de pobre. qué ruido che, dice mi compañero, y se protege con auriculares que le algodonean la tormenta con un Bach panorámico mientras se disipa en pensamientos frívolos. en el exclusivo piso de arriba trabajamos cuatro, pero hoy sólo somos dos, yo, y auriculares. la cosa se pone más y más estridente, pero todavía llego a escuchar el ring. Hola? Hooola? se corta. y otra vez el ring y la lluvia digitalizada. del otro lado, llego a entender que las piedras en Colegiales son "enormemente descomunales" –yo estoy en Parque Lezama, vendrá bajando la tormenta?-, que se rompen los vidrios de los autos, que se rompen las ventanas, que acaba de romperse un techo de policarbonato y que qué me pasa que estoy tan rara. no sé, no sé, digo, y del otro lado qué? qué? y se corta, justo cuando estoy por decir algo. auriculares me mira y señala hacia afuera con su cabeza. me asomo. un flash el ficus, se ha quedado blanco. me asomo al otro balcón, el interno, y el espectáculo es también encantador: serán treinta personas las que trabajan en el piso de abajo, más ocho o nueve que vienen por día a entrevistas con RRHH, y todos se apelmazan como carne picada junto al gran ventanal de vidrio surcado por cruces de hierro y el majestuoso logo de La Consultora gigantografiado. los chilenos de visita sacan fotos. los más jóvenes ríen con cierto nerviosismo -no es ja ja ja, es más bien ju ju, ju ju. los más pecadores temen en silencio la ira del Todopoderoso. ahora sí que las piedras son grandes, los santos vienen bajando. el ruido me recuerda una escena de una vieja película de terror clase B, en la que el rufián malísimo amplifica los audífonos de un ex sordo y después tira -de a uno, de a uno, de a dos, todos juntos- una caja entera de clavos sobre un piso de metal. se hinchan las venas de la cabeza del ex sordo. bum bum. mucha sangre y pedacitos de cerebro en la pantalla. me escondo bajo el escritorio (y si se viene el fin navegaré sobre él, de Buenos Aires a Buenos Aires en escritorio casi como el Dr. Faustroll -yo también llevaría conmigo el árbol mágico de granadas racionales que vive en el Sol, y un monito que diga ¡ah, ah! de vez en cuando, para entretenerme) y acá abajo hay bastante lugar, sólo un tacho de basura con los restos de mi almuerzo de hoy que, se me ocurre ahora, servirán en caso de cataclismo (sándwich osama –pan árabe, lomo y chimichurri bomba-, mi preferido). antes de que sea tarde, se me ocurre rescatar mi celular, mi laptop con conexión inalámbrica a internet y mi guía T. listo. desde el búnker tengo vista al exterior y estoy a salvo y estoy comunicada y estoy orientada. marco el cuatroxxx-xxxx, me atiende él. ¡tengo miedo!, ¡te quiero!, digo, y él me cuenta que allá en los barrios altos la tormenta ya pasó y que los vecinitos patinan en el jardín con zapatillas atadas a tramontinas sin serrucho, ¡se puso todo de costado acá, una locura!, dice, y después dice "así que hoy no vamos a poder dormir juntos". de pronto bombas en el techo y se me escapan muchas interjecciones. se corta. ¡tengo miedo!, grito, pero esto es oficina minada. me pregunto si auriculares seguirá ahí. golpeo la pared limítrofe de nuestros cubículos. nada. auriculares no está en su búnker. ruido a chispa y se corta la luz. no importa, tengo baterías de níquel. abro mi laptop y entro a Clarín para ver qué está pasando afuera, ya que acá ahora el cielo se puso tan blanco que duele mirar. "Temporal". "Inusual diluvio con granizo". "Innumerables heridos graves en hospitales". "Derrumbes en San Telmo". "300 personas no encuentran sus departamentos". "Desaparece Lugano". marco el cuatroxxx-xxxx otra vez pero no me atiende nadie. marco otro número y atiende mi papá. "papá, igual te quiero", digo, y él me pregunta qué pasa. ahí me entero de que en lanús brilla el sol. ¡ay, quién me mandó a irme del seno materno, de la tibieza del barrio a la intemperie árida celosa envidiosa resentida irritada y maniática de la urbe! y entonces un viento vuela parte del techo y se lleva el celular y a mi papá muy lejos de mí, y ahí me agarro a mi bote recubierto en melamina gris y resisto, resisto, el granizo explota en la planta baja y escucho los gritos de alarma, la carne hecha albóndiga, un huracán se lleva todas las computadoras y los libros de investigación de mercado y yo resisto, resisto, vuelan por la ventana las impresiones de planillas de cálculo y los powerpoint que no llegué a leer y me acuerdo de mi abuela ella decía siempre con dios me acuesto y con dios me levanto con dios me acuesto y con dios me levanto y resisto, resisto, la promotora más flaca de todas vuela hasta donde estoy y llego a tomarla de la mano pero el agua vuelve todo más resbaladizo y se me zafa y allá va surcando el firmamento hasta hacerse chiquita como una estrella chiquita y yo resisto, resisto hasta que, de pronto, un silencio ruinoso cubre Puerto Madero. me quedo unos segundos en el búnker, quiero estar segura de que lo peor ya pasó. silencio. silencio. me levanto. no quedó nada, sólo el pedazo de piso por el que camino y la escalera algo rota que me permite bajar. abajo, se amontonan los cuerpos de las víctimas. la cabeza de marisel, la chica de finanzas, enganchada de sus rulos a una cruz de hierro adorna cual trofeo de Atila lo que ha quedado de la recepción. reconozco los auriculares de auriculares entre la masa y se me escapa una lágrima. sé que mañana ya no voy a extrañarte, pero hoy, verte así, adiós compañero. salgo. mejor dicho, camino, ya no queda un adentro del que salir. la ciudad se ha vuelto transparente como una radiografía decolorada. ojalá mi gata Pepe esté a salvo.

Última semana del remisero, toda la carne al asador

El viernes que viene, 4 de agosto, tras un año de viaje, El Remisero Absoluto llega a destino. Hasta entonces, a pisarlo a fondo y reventar la noche. Hoy jueves empezamos, según el bautismo de Casla, con el cumpleaños del "Flaneur del fútbol 5".

Combates

Por David Wapner, desde Israel.

1.

Tuvimos que hacer un trámite en de la sucursal del banco Leumí de avenida Atzmaut y Rotschild, Bat-Yam.
Apenas entramos, pudimos ver movimiento alrededor del custodio, y del espacio que este tiene asignado en el hall.
Se había improvisado allí una suerte de café; sobre un estante que hacía las veces de mesa, vasos de cartón, formularios, un rollo de papel higiénico y una radio portátil encendida.
Eran hombres de entre 50 y 65 años que hablaban de enfermedades. Análisis de sangre, dosis de medicamentos, operaciones, pronósticos, todo entraba en su repertorio.
A las 12, irrumpió el noticiero largo del mediodía de la radio oficial, Kol Israel.
Arrojándose sobre el "transistor", escucharon las noticias.

El locutor informaba acerca de un feroz combate que se desarrollaba en la ciudad sudlibanesa de Maroun Ras entre las fuerzas atacantes israelíes, y la milicia de Hizbollah, que la defendía.

"Debe haber muertos."
"Seguro, y además yo... "

El rugido amplificado de una moto que arrancaba a metros nuestro se superpuso a las voces.

Luego vimos como una señora que se incorporaba al grupo por unos segundos para despedirse enseguida, hacía bromas sobre los cohetes que caen en el norte, y especulaba en chiste sobre indemnizaciones.

A nosotros nos tocó irnos del banco, ya no teníamos nada que hacer ahí.

2.

A las tres de la tarde, en el programa "Panorama internacional", de Kol Israel, su presentador y también analista comentaba una nota aparecida en "The New York Times": de pronto, según el diario neoyorquino, de acuerdo a la cita del locutor, Israel se estaba dando cuenta de que aquello que pensaba como un paseo paseo por sobre las cabezas de los militantes del Hizbollah —esta imagen es mía— para conseguir sus objetivos, se le estaba complicando. Que de pronto se daba cuenta de que la resistencia de la milicia chiíta era cosa seria. Quince de días desde el inicio de los ataques sin haber alcanzado ninguno de los objetivos propuestos y la destrucción como nunca se vio en la ciudades israelíes del norte, era una prueba de ello.

El locutor le transmitía a un interlocutor en línea telefónica su preocupación por lo que le pareció un mensaje implícito en la nota: quien la firmaba parecía estar contento de que a los israelíes no les estaba yendo tan bien.
Y le preguntó a la persona que estaba del otro lado de la línea, si le parecía que ya podía decirse que "el mundo estaba en contra nuestra".
El interlocutor, precisamente estaba en Roma, cubriendo la conferencia de prensa que ofrecían Kofi Anan, Condoleezza Rice, los representantes de los gobiernos de el Líbano e Israel y el presidente de Italia, luego de la convención convocada allí para lograr un cese del fuego, que fracasó.

"Bueno, no, no creo; los países árabes, por supuesto que sí, pero no, no me parece, por ahora no", respondió el corresponsal

"De todos modos —intervino el locutor de "Panorama internacional"—, debemos convenir que la nota en "The New York Times" es un mal signo. Yo estoy muy preocupado, supongo que vos también."

"Sí, claro, yo también."

3.

Hoy los israelíes mataron a 23 palestinos en diversos operativos.

Noam Chomsky, en http://www.democracynow.org, en referencia al secuestro de dos soldados israelíes por parte de Hizbollah que dio pie a Israel para iniciar su invasión, sostiene que "la sincronización y la escala de su ataque sugieren que fuera pensada en parte para reducir la presión sobre los palestinos forzando a Israel a luchar en dos frentes simultáneamente."

Pero, ¿y si la apertura de un segundo frente por parte de Israel le sirve para desviar la atención del mundo de lo que está sucediendo en los territorios palestinos ocupados?

4.

Por la noche, en la Radio del Ejército, un locutor comenta la muerte de nueve militares israelíes en el combate de Maroun Ras, y se pregunta, "¿por qué ellos, y no yo? Querría haber estado allí, y caído yo en lugar de alguno de ellos."

Ron Mueck

miércoles, julio 26, 2006

26 de Julio

¿Cómo?

Por David Wapner, desde Israel.

1.

Un jefe del Hizbollah reconoció que no esperaban una reacción israelí tan fuerte (por la operación de captura de dos soldados que desató la guerra). "No calculamos las consecuencias".

Tampoco la población israelí, que ya comienza a cansarse: no esperaban que esto se haría tan largo.

Se percibe un sentimiento de frustración, pero el israelí aún no encuentra la expresión adecuada: la potestad de traducción aún está en manos del ejército, que es el ejército del pueblo.

Una ceramista de la ciudad de Haifa, la tercer ciudad del país, y la más bombardeada, pasó un rato con nosotros en el puesto que instalamos en la feria de Najalat Binyamin, en Tel-Aviv, para vender nuestras esculturas.

Pidió sentarse, "a lo mejor les traigo suerte", y agregó "estoy agotada." Nos preguntó si conocíamos el barrio en donde ella vivía, "conocemos poco Haifa", dijimos.

"Todos los días caen cohetes, mi marido ya no trabaja, yo me vine para aquí."
"¿Y su esposo no la acompañó?"
"No, él se quedó, baja tres o cuatro veces al día al refugio, yo estoy muy enojada con él. Pero él es así."
"Qué peligro."
"Pero yo no puedo hacer nada. Estoy muy preocupada. Y tengo dos hijos."
"¿Grandes?"
"Músicos. Dos grandes músicos."
"¿Se quedaron en Haifa?"
"No quieren venir. Y mi mamá, sola, en Metula."

Justo llamó la madre:

"Dice que hoy está tranquilo allí."

Al rato nos enteramos que llovía cohetes sobre los suburbios de Haifa y en todo el norte.


2.

En la parada del ómnibus, de regreso de la feria, una pareja angloparlante nos preguntó si el 18 los lleva hasta el Mercado de Pulgas de Jaffo. Nosotros dudábamos, pero una mujer que esperaba junto a nosotros les dijo que sí. Les preguntó de dónde eran, "de Australia", respondieron.

"¿Y qué se dice allí de la guerra?"
"¿Qué guerra?"
"¡La guerra, en el norte, los cohetes, el Líbano, Hizbollah!"
"¿Hay guerra?"
"¿Pero no se enteró?"

Intervenimos:

"¿No leyeron en los diarios?"
"No."
"¿Pero ustedes hablan en serio?"
"Creo que leí que algo pasa en el Líbano", aventuró el muchacho.
"¿Y con quien te creés que pasa aquello que pasa en el Líbano?"
"¿Con Israel?"
"¿Nos estás cargando?"
"De todos modos, yo no puedo hacer nada."

La israelí:

"¿Se burla de nosotros?
"Si", le confirmamos.

Llegó el 18.

martes, julio 25, 2006

La chica coreana del supermercado

por Mercedes Halfon





la chica coreana del supermercado


tiene una nena
duerme en un coche
mira fotos de su hija
las pasa despacio y sonríe
sin sacarse los guantes de goma.








chica coreana
tiene el pelo
de mi largo
pero lacio
su hombre dice
amiga amigo
que frío
¿te la destapo?







coreanita del supermercado no tiene cambio de cincuenta



se pasa el sábado a la noche
en campera y ojotas
mirando a la vereda
su marido atiende
es junio, en lo alto
con trazos amarillos
un corazón dice
feliz día de la madre






la coreana ordena los productos congelados


sin mirarlos
alguien pide
budín marmolado
¿qué es?
en el supermercado
todos sonríen











muy temprano en el hotel
las chicas coreanas
hacen ruido con la bolsita
todas al mismo tiempo








la chica coreana no atiende aunque se forme fila






alguien tiene una letra de niño
la hermana de ella, tal vez
el viaje fue largo
y no quieren volver

anotar en el cuaderno
entonces
dejar asentado el día
lo que se compró y vendió
lo que fue dejado.



hoy: la lluvia crepita


el farol de la cuadra
se llena
de agua hasta la mitad
parece
que en cualquier momento va a haber
un cortocircuito






supermercado coreano cada vez cierra más temprano

los platos se apilan
no hay detergente
confundo el sonido
de un colectivo que pasa
con la calefacción que prende

el zapallo coreano
en la heladera
ahí
es difícil destacarse





(Mercedes Halfon escribe en Autobombo)

lunes, julio 24, 2006

Fuerzas

Por David Wapner
(Ya a esta altura, corresponsal exclusivo de El Remisero Absoluto en Medio Oriente)

Parece que las ondas de telepatía bélica emitidas por las pocas neuronas activas de Sharón ha sobrepasado la resistencia del cuerpo en coma del general, y todo indica que su viaje al condominio en donde lo espera Yasser Araffat es inminente.

Todo lo que estamos viendo es estertor:

La bruta ofensiva israelí que ha vomitado toneladas de bombas y misiles, para arrasar a diestra y siniestra sin conseguir nada de lo que buscaba.
Las salvas masivas de cohetes y misiles contra el norte de Israel escupidas por parte de Hizbollah, hasta agotar el stock, digo, el arsenal.
La próxima muerte de más gente, no sabemos cuánta, en su mayor parte civiles.
El exilio interno de decenas de miles de seres humanos.
La posible caída de un par de misiles de largo alcance sobre alguna ciudad del centro de Israel, Tel-Aviv, por ejemplo.
Un par de miles de israelíes de izquierda protestando y pidiendo el fin de la invasión.
La actitud vergonzante, sometida, acrítica, patrioturra, de los medios de información masiva, artistas populares y personalidades públicas.

Todo esto, estertor.
Cuando Sharón diga "no va más."

Los diccionarios del futuro

(del Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, Vol II, Gredos, Madrid, año 2057, pag. 556)

EMBAMBINAR: del cast. rioplat. “engañar”, literal. “realizar el coito con una persona muy joven”. 1ª doc.: 2003, W. Cucurto. Proviene del apodo “Bambino”, de Héctor Veira, jugador de fútbol internacional, director técnico y comentarista deportivo argentino de fines del siglo XX y comienzos del XXI. Los archivos judiciales de la época indican que Veira, alias Bambino, forzó sexualmente a un niño de 13 años que luego se travistió convirtiéndose en Malenna Candelmo. En el habla popular rioplatense el apodo de Veira se verbalizó como una expresión vulgar que primero significó literalmente penetrar a una persona muy joven. El primer registro culto de la expresión se halla en autores de la llamada generación del 90: (“la tiki encolerizó ese culito engreído y ahí nomás la embambiné de parado”, W. Cucurto, 2003) , (“escuchenmé, muñequis, los talleres son un curro para embambinar talleristas”, F. Casas, 2004) y (“el oscuro secreto de toda esa generación que era embambinada en el momento más esperanzado de la primavera alfonsinista”, S. Llach, 2004).

Pronto la expresión se generalizó en latinoamérica, y durante años fue usada metafóricamente como sinónimo de estafar o de engañar para obtener algo a cambio. Aparecieron sus derivados: embambinado, embambinamiento, reembambinar, desembambinar. En el 2026 se la encuentra por primera vez en un discurso oficial pronunciado por el entonces presidente uruguayo Luis Coco Peluzzo (“para que dejemos de ser un pueblo emabambinado periódicamente por el imperio invisible de las prestadoras”). En la década del 30 la expresión cayó en desuso, aunque se conservó en todo el mundo hispanohablante su apócope adjetivado “bambín” o “bambi” para denominar a personas embaucadoras, seductoras o simplemente simpáticas (“es medio bambi”). Poco después el adjetivo se había popularizado mundialmente como nombre de mascotas. Hacia el año 2040 la palabra volvió a cobrar connotación sexual cuando un ciervo del zoológico de Madrid, bautizado Bambi por los niños visitantes, violó repetidamente a su cuidador cuando éste, desprevenido, reparaba los bebederos.
p.m.

Epifanías de un martes a la noche


Se juntan tres amigos. El anfitrión hace un puchero milagroso. Comen hasta quedar varados. Le dan al tinto Don Valentín, fuman una cosa que los ejecta. En el espacio interestelar, el más jovato los evangeliza con Sandor Marai, que la rompe, que la descose, que al final de Confesiones de un burgués dice que hay un momento de tu vida en el que te das cuenta de que tenés que hacer lo que tenés que hacer, y así flotando en el satori de la noche del martes la idea forma una constelación con el autor de Rosa Rosa, y con el cabezazo de Zidane, y con la etimología del verbo embambinar en los diccionarios del año 2057... Finalmente aterrizan en una calle sin salida a las cuatro de la mañana donde la gente baja la persiana y les grita que se callen de una vez.

domingo, julio 23, 2006

Cohetes sobre la cabeza

Por David Wapner

1.

El Comando de la Retaguardia da instrucciones precisas para los habitantes del norte de Israel:
no salir de las casas cuando suene la alarma general, encerrarse en el cuarto de seguridad, o bajar a los refugios.

Un segundo toque de sirenas significa que la alarma ha pasado.
Si no, le puede pasar como al automovilista de Haifa, que circulando por una calle durante la vigencia plena del peligro, murió al explorarle un Katiusha que le cayó de frente.

Resulta que el hombre había salido a trabajar, porque si bien El Comando de la Retaguardia no da lugar a segundas interpretaciones, las patronales sancionan a los trabajadores que se ausentan en forma injustificada.

El Estado de Israel está en guerra, pero no la ha declarado: ¿por qué? Porque una declaración de guerra formal obligaría al estado a depositar el salario de los trabajadores que se quedan en sus casas o refugios, garantizar la apertura de los centros prestadores del seguro nacional de salud, de los bancos, indemnizar a aquellos propietarios de una fuente de trabajo que se han ido a la ruina, ya sea por destrucción de la misma, o porque los clientes han huido.

El Estado prefiere seguir a muerte su profesión de liberalismo salvaje.

2.

Hoy pasé por el quiosco, me para el español:

"¿Viajás al norte, vas a ir a Tiberia (Tiberíades)?"
"¿Y vos?", le digo.
"¡Por supuesto! ¡Te caen en la cabeza proyectiles, misiles! ¡Y después pedís indemnización! ¿Está bien? ¡Te dije que soy loco! ¡Qué te pensabas!"
"Lo mismo que vos."

sábado, julio 22, 2006

Locos de la guerra

Por David Wapner

1.

El 30 de junio al mediodía, dos horas después de haber fallecido nuestro perro Chiflón, pasamos Ana y yo por un quiosco, rumbo a un lugar que ahora no voy a recordar.
No quisimos saludar a nadie de los allí sentados, pero el loco español, por él mismo definido como "Loco del Barbanel" (Habarbanel, como el Borda) nos llama, y justo pregunta "¿cómo están?".
"Mal, se murió nuestro perro".
"¿Por qué, qué tenía?"
"Sufría del corazón".
"¿El corazón? ¡Me hubieran dicho a mi! ¡Yo le hubiera donado el mío!"
Y hacía gestos de abrirse el pecho.
Y nos explica, "porque yo soy loco del Barbanel, pero yo tengo causa, ¿saben por qué?"
"No, no sabemos".
"Yo soy un loco de guerra, ¡en serio! Yo estuve en el Sinaí, en la guerra del 73. Vean, éste era yo."
Sacó de una billetera una foto: difícil resultaba encontrar en nuestro vecino algún parentesco con aquel retrato de un adolescente, diríamos, virgen.
Guardó la foto y contó:
"Después de haberlo bombardeado, entramos a degüello en un búnker egipcio. Los matamos a todos, los dejamos destrozados y yo ahí me volví loco".
Sacó del bolsillo un certificado arrugado, que nos hizo leer en vos alta:
"Tras haber participado de la toma de una posición egipcia (...) el soldado (...) pierde la razón (...) por lo cual se certifica su invalidez de por vida (...)"

2.

Le comentaba a un amigo en una carta que salimos a caminar, sábado por la noche, por la rambla de Bat-Yam. Que la gente consumía como si fuese el último día. Que, a pesar de esa euforia, se veían caras graves, preocupadas. Se movilizó a la reserva, y cualquiera de los varones entre 23 y 50 que se "divertían" en los bares, pizzerías o heladerías, podría estar mañana sirviendo en el frente. Y pasado mañana, nadie puede predecirlo.
El peor de los casos, ya se sabe.
Pero, si vivo: Israel está lleno de lisiados, físicos y mentales.

Pesadilla

Por David Wapner

Un rincón recóndito de Ariel Sharón, un núcleo de neuronas dormidas protegidas con celo por corteza muerta, trabaja a pleno en estos días, en actividad onírica, pero trascendente.
Trabajo a destajo, estertor de un movimiento que nunca cesó, ante la imposibilidad de despertar, se ha concentrado este último núcleo Sharón en la única forma de manifestación en que los ciudadanos de Israel y sus vecinos pueden reconocerlo: la guerra.

Todavía puede: las tácticas empleadas por sus herederos para provocar una escalada llevan su firma:

* No reconocer un interlocutor en el enemigo.

* Ningunear cualquier manifestación conciliatoria de la otra parte.

* Considerar peligroso cualquier movimiento que tienda a un acuerdo.

* Sabotear a los moderados, fortalecer los extremismos.

* Crear las condiciones, y esperar con avidez el próximo golpe para golpear cien veces más fuerte.


Del otro lado, a pesar de la disparidad de fuerzas, gobierna una lógica parecida. Extremar las condiciones, provocar al enemigo hasta obtener de él lo que se desea: una respuesta violenta que ponga en funcionamiento las operaciones de represalia.

¿Quién ha caído en la trampa de quién?

¿Los israelíes, al morder el señuelo de sendos operativos guerrilleros de captura de soldados para obtener a cambio liberación de presos?

¿O los grupos armados palestinos primero, y luego la guerrilla libanesa pro iraní de Hiszbollah (responsable del atentado de la AMIA), al caer en el señuelo israelí, que proponía una relajación de las medidas de seguridad y de vigilancia en ciertos puntos, debilitados de este modo, y pasibles de este modo de ser atacados?

¿O fue que ambas partes han hecho la vista gorda, y se han entregado con gusto a una explosión de energía que arrasa, desbasta, incendia, acaba con todo lo que asome su cabeza, física o mental?

La violencia ha trastocado la naturaleza de esta región, de modo que su vida, su aliento, depende de la muerte.

La existencia adquiere sentido con la destrucción.

Liberación nacional, religiosa, política, democracia, soberanía, independencia, seguridad nacional, regional, mundial: todas vaguedades que se disuelven apenas se presenta la oportunidad de matar y morir.

¿Héroes?
¿Mártires?
¿Lavados de cerebro?

¿O criaturas de un sueño sharónico?
¿Que vela desde algún sitio Araffat, bajo protección de los Estados Unidos?

jueves, julio 20, 2006

¿Recuerdas aquel campo de frambuesas eterno?



por Heidi

En el fondo del jardín estaba la huerta, el compost y la plantación de frambuesas. En verano cuando empezábamos a pelearnos de aburridos, mamá nos ponía un tupper en la mano a cada uno y nos decía ¡Va, va, va !¡ se me van a cosechar al fondo!
Nehuén y yo bajábamos sin hablar, pensando que la culpa la tenía el otro. Cosechar requería mucha concentración, teníamos que agacharnos, esquivar las espinas y buscar la fruta debajo de las hojas de las plantas. Agarrarla con cuidado porque podía explotar en los dedos y la mancha de frambuesa no sale, o peor, podía irse rodando donde había una caca de perro o al compost. Así, de tanto comer frambuesas, grosellas y boysenberry, se nos pasaba el malhumor. (SIGUE ACÁ)

miércoles, julio 19, 2006

Y pensar que somos escritores...

Por Lucas Funes Oliveira

Hola, cómo andás, querido, tanto tiempo. Qué hacés, bien bien. ¿Mejor de la pierna? Sí mucho mejor. ¡Qué hacés tanto tiempo! Bien bien, como siempre, che ¿quién era ese Messi que dijeron el otro día? No sé, yo no vine. Era un pendejo que vivía acá adentro. ¿Cómo? ¿Quién lo invitó? Es de esos que se la pasan revisando las canchas y contando por si faltan jugadores. ¿Era bueno? Buenísimo. Le pegaba de todos lados. Si. A un par los dio vuelta como una media. Para colmo, terminó y se puso en la cancha grande a contar por si faltaba alguno. ¿En esta? No, aquella de atrás. Ah. ¿Estamos todos? Sí, creo que sí. ¿Vino Bari? Está en el vestuario. ¿Cómo anda Córdoba? Bien, la verdad que bien. ¡Qué alegría que estés acá! Loco, ¿no? Sí, Loco. ¿Vos sos amigo de Lamberti allá? Sí, los conocí por unos proyectos que estaban haciendo. Ah, ¿y Falco es un grosso allá, no? Sí, más o menos. ¡Qué hacés, timbos!¡Estás re lookeado, parecés un futbolista, Pedro! Desde que anda vestido de futbolista juega re bien, boludo. Sí, en estos lugares donde comprás la ropa venden todo para que después de vestirte con las Nike juegues mejor. Como si se pudiera. Sí, como si se pudiera. ¿Hay que poner ahora? ¿Cuánto falta para que nos den la cancha? Vino el tipo dijo diez minutos. ¿Y vos cómo andás? El diario está en llamas. Están todos movilizados. Muertos de hambre. Son todos unos tránfugas. Puede ser. Hay que movilizarse. Para mí que no dura demasiado. Son unos ratas ustedes. Vagos. Andá. ¿Viene Llach? Ahí viene. Qué hacés. Qué hacés, bien. Me contaron lo del truco. Sí, nos rompieron el culo. Se cagaba de risa cuando me lo contaba, parece que se divirtieron en serio. Sí, fue muy gracioso. En el estacionamiento estaba Ezequiel dejando el auto. ¿Viene Lucas? Dijo que no. ¿Cuántos somos? Con Miguel somos diez justitos. Ah, ese Miguel dice que juega bien. ¿El dice? Sí, él mismo. Parece que está convencido. Bueno pero hay que estar muy seguro o. O ser un bravucón. Y... veremos. Ahí está el tipo. ¿Quién falta? No sé. Vamos. Vamos.
¿¡Quién arma!? Dale, Llach, ponéte las pilas y hacélo parejo. Bueno, a ver. ¿Cómo hacemos? Y no sé. Mirá que aquél la mueve. Dijo él. Bueno, pará. ¿¡Yo con quién voy!? Vos vas para allá. Bueno. Tocá. Che, Terra, me parece que esto es al revés. Sí, dale. Yo atajo.
Bueno, empezamos. Dale, dale empecemos ¿Para quién juego? ¡Vos vení para nosotros! ¿El va para ellos? Nos van a romper el culo. Dale, dale, vos corré nomás.
Dale. Dale. Vamos. Vamo´el equipo, eh¡. Vamo´carajo! Vamos. Vamos. Vamos.
¡Hay que correr, eh!
Vamos. Vamos, eh.

Diapositiva N°7


por Idefix

La fiesta quedó atrás. No me divertí. Vuelvo caminando. Seis cuadras antes de casa, me topo con un perro-náufrago. Por unos segundos, el perro-náufrago y yo nos miramos a los ojos. Después, trota adelante mío, varios metros adelante. Cada tanto frena, se da vuelta y comprueba que yo voy atrás. En la primera esquina dobla hacia el lado correcto. "Qué raro", pienso. Después, dobla en todas las esquinas correctas. Conoce el camino, es increíble que conozca el camino. Al final, me espera en la puerta de casa. Entro. El perro-náufrago y yo, nos miramos a través de las rejas, nos miramos a los ojos. "Fuera, Fuera", le grito, pero él sigue ahí, quieto, mirándome. En casa, "Usted no ha recibido ningún mensaje nuevo", dice la máquina.

martes, julio 18, 2006

El chancho que dio el mal paso

por Luciano Lamberti

Un hombre bueno como el pan estaba revolviendo el puchero de la sopa cuando se le aparece un chancho. El tipo lo saca afuera, con gritos y patadas en el culo, y luego se sienta a comer, y cuando termina y se pone a lavar los platos, siente unos ojos horadándole la espalda y se da vuelta y el chancho. El tipo trata de matarlo con la indeferencia: se lava los dientes, habla por teléfono, se tira a dormir la siesta en el patio como si el chancho no lo siguiera de un lado para el otro, con esa expresión de quien acaba de descubrir algo hermoso y quiere mirarlo para siempre. Efectivamente: para no tener que dar explicaciones, el tipo tiene que dejar el trabajo y apartarse violentamente de sus amigos y su familia, y de ahí en adelante sólo sale de su casa para hacer las compras en un supermercado de barrio, a unas cuadras, donde haga lo que haga, en la esquina que forman las góndolas de los desinfectantes, apoyado en un cajón de mandarinas o donde sea, el chancho. El tipo se deprime, se le caen los dientes y el pelo, llora mirando al chancho, que evita mirarlo y se hace el bueno, en un rincón de la pieza, entre medias sucias y pelusa que sólo puede gustarle a un chancho. Con sus últimos ahorros, compra una caja de tranquilizantes y se los toma con whisky. Tiene miedo; se mea. Luego se acuesta en el piso y mientras comienza a adormecerse, alcanza a ver al chancho avanzando hasta el borde de la cama, con una expresión triunfal. El tipo se muere y el chancho se lo come.

Confesionario


El martes pasado en el Rojas leyeron Marina Mariasch, Juan Terranova y Florencia Abate, en el ciclo "Confesionario, historia de mi vida privada". Acá, el texto que leyó Terranova.

domingo, julio 16, 2006

Rubro: fotos de ex novias

Ésta era cordobesa.

Parienta de éste.

sábado, julio 15, 2006

Los dos a la final


Capitán Nimio escribe una buena mezcla de crónica futbolística y de cuento que podría entrar en la categoría "argentinos viviendo en el exterior".
(vía La ciencia maldita)

viernes, julio 14, 2006

Recursos Humanos

por Ignacio Molina

Despliego la cuenta del teléfono frente a la ventanilla del Pago Fácil, pero el policía que está parado en la puerta del kiosco me frena con señas.
–Tenés un retraso de diez o quince minutos –me dice. “No, de ocho o nueve años”, estoy a punto de responderle, pero enseguida me doy cuenta de lo que habla: en segunda fila estacionó un camión de caudales, y los empleados de la empresa se disponen a llevarse la recaudación del negocio.
Una vez, hace siete u ocho años, yo trabajé en esa empresa. Las oficinas centrales, por llamarlas de alguna manera, quedaban en una zona oscura y elevada de La Boca, a pocas cuadras del Riachuelo. Mi tarea consistía en contar el dinero que los camiones traían de los comercios y de los Bancos. Encerrados en cabinas individuales de dos por dos y paredes transparentes, los empleados recibían los fajos de billetes y las monedas en grandes sacos y consignaban las cifras que arrojaban las cuentas en una computadora. No podían hablar entre ellos, y, para alejar las manos de la mesa de trabajo, debían mirar a la cámara que colgaba del techo de la cabina y avisar en voz alta, por ejemplo, “voy a toser” o “me voy a rascar un tobillo”. Las seis jornadas semanales eran de nueve horas diarias, de diez de la noche a seis de la manaña, y el sueldo era de 450 pesos.
-Claro que con el presentismo aumenta a 475 –nos había dicho sonriendo la encargada de Recursos Humanos, una rubia de unos veinticinco años, a los empleados que empezaban a trabajar la misma noche que yo, una mujer mayor de cuarenta y un hombre de alrededor de cincuenta.
Cuando escribo que una vez trabajé en ese lugar, es literal: esa primera madrugada, mientras empezaba a dolerme la cabeza y desde el 64 que me devolvería a Belgrano miraba los fondos de la Casa Rosada, pensé que ese trabajo no era para mí. O, mejor dicho, que ese trabajo no era para nadie pero que yo podía darme el lujo de renunciar. Al llegar a mi casa, y aunque no tenía hambre, rompí el ayuno y diluí tres aspirinas en un café con leche. Después vomité, bajé las persianas y esperé a que se hicieran las diez para llamar a la encargada de Recursos Humanos.–A ese centro clandestino de trabajo no voy más –le informé intentando sonreír, y ella me dijo que esa misma tarde podría pasar a buscar la plata que me correspondía por las nueve horas de servicios prestados. Yo le agradecí por todo, y me quedé a oscuras, en la cama, hasta el anochecer. Creo que ese día empezaron mis migrañas.

jueves, julio 13, 2006

Diapositiva Nº6



texto: Idefix
foto: Matías Peire

Mi tío Daniel se suicidó cuando yo tenía 6 años. A mí no me dijeron que se había suicidado. "Daniel se murió en un accidente", me dijeron. Uno de mis amigos me preguntaba todo el tiempo: "¿Vos sabés cómo se murió Daniel?". Yo le contestaba que sí, pero igual, él seguía preguntando. Cuando al final me cansó, le metí una trompada en la nariz, empezó a sangrar y se fue corriendo a la casa. A la tarde, la mamá vino a contarle todo a mi abuela y me pusieron en penitencia.

miércoles, julio 12, 2006

"la ciudad se derrumba y yo cantando"









Ahora que ya no escribo más y que me autogoogleo todo el día, encuentro cosas como el audio de este poema que leí en el Rojas en diciembre de 2001. Era plena caída de De La Rúa y estábamos los que leíamos nomás. Lo grabó Luciano Piazza. Acá hay más.

p. mairal

* "la ciudad se derrumba y yo cantando" (Silvio Rodríguez)

Vendo celulares

Tengo 3 celulares para vender y antes de ponerlos en MercadoLibre se los envío por si alguno está interesado. Los tengo con garantía:

- Un Nokia prácticamente nuevo con cámara de alta resolución
- Un Nokia modelo algo más antiguo, pero tiene cámara de fotos y vibrador.
- Un Ericsson con pack juegos.

Les mando las fotos y si estan interesados me avisan.





(de un mail que andaba circulando) Gracias, M. Bozetti

martes, julio 11, 2006

Chumberos y gastríticos

lunes, julio 10, 2006

Industria Nacional


Fabulosos videos de "Todo x 2 pesos" que colgó La postita sobre un mini Duhalde haciendo falsas puclicidades oficiales que alientan la inventiva criolla de la industria nacional.

1- Máquina depiladora
2- Telefonía movil
3- Lentes de contacto

sábado, julio 08, 2006

"FANATISMO"

Por Ricardo Carreira

En los sistemas fascistas y nazis se nota el fetichismo de la "técnica"xxxxxx en los nazis y en ambos, un fetichismo de la "cultura" y el desprecio por la vida humana.
La pregunta es cómo pudieron arrastrar tanta gente al error.

A veces se los propagandiza como grandes estrategas, pero simplemente profundizan más el error, que la raza humana está sometida por el ocultamiento tecnológico, la división del trabajo, y a la sistemática persecución de la fijación en el error que sufre el ser humano. Simplemente exaltan el error y exaltan la superioridad de algunas minorías por la división del trabajo.

Su estrategia fue si nosotros somos un clavo derecho, ellos nos dibujaron como clavo torcido creando más inalcanzable "SU" "CULTURA" que en realidad y verdaderamente era de baja técnica facilitando el enganche con grandes mayorías también de baja información tecnológica.
Pero el ser humano busca la normal rápidamente y huye del dolor y apenas derrotados los sistemas fascistas y nazis se volvió rápidamente a sistemas democráticos como sucedió en España con el triunfo de Felipe.

Frente al fanatismo anti humano guerrero que pone al acento en nuestras diferencias y debilidades tirando más al caído, nuestra defensa puede parecer fanática...

Simplemente nuestro NO es inflexible.


(Más de Carreira, aquí)

Hay que animarse a todo

Blake, William

por Sergio Raimondi


Si quien llegara al muelle de Puerto Piojo
y más allá en todo sentido de las lanchas
que retornan de quién sabe qué riacho
pero en principio en la acepción acotada
que involucra la distancia en el espacio
viera el más extenso galpón de Cargill
y tuviera que volver a verlo para advertir
que hoy es inclusive más extenso que ayer
no fuera un empleado municipal dormido
sino un vate capaz de percibir el porvenir
y seguir sin inconveniente una dinámica
que escapa al resto de los simples mortales,
vería... ¿Qué vería? ¿Con qué lengua vería
lo que vería? ¿Vería también esa lengua
que ha de venir? ¿Y cómo podría comunicar
lo que ha de venir en una lengua futura
sin que su verso se confunda con el timbre
de estas gaviotas que sin parar de girar
chillan como presas de extremo desvarío?


***


"Es que ni siquiera ver es una actividad que pueda hacerse al margen de la lengua", dice Raimondi en una entrevista en el reciente Diario de Poesía 72. El poema también está sacado de ahí.

jueves, julio 06, 2006

"¡Duro, duro, duro...!"


Acá un adelanto de Aramburu, de Vladimir S. Llach.

miércoles, julio 05, 2006

Diapositiva N°5

por Idefix

Trabajé una temporada –bastante prolongada- en un banco. En diciembre, para que el personal estuviera contento y se sintiera orgulloso de pertenecer a la organización, armaban la fiesta de fin de año. Una vez, mi amigo El Cuervo y yo caímos peposos. Al principio nos colgamos viendo todo el circo. A mí, por momentos me pegó mal ver a todos esos willies juntos. Después, El Cuervo y yo nos escabiamos y, medio desencajados, correteamos cachorras. Guau-guau, Guau-guau, les decíamos.

martes, julio 04, 2006

PERIODISMO PURO SIN FIRMAS

Los trabajadores de prensa del diario y editorial Perfil tras un mes de asambleas, decidieron dejar de firmar sus notas a partir del día 5 de julio de 2006, como protesta frente a la falta de respuestas al reclamo que vienen llevando adelante.
Asimismo, se convocó a los colaboradores Magdalena Ruiz Guiñazú, Jorge Lanata, Pepe Eliaschev, Nelson Castro, Gonzalo Bonadeo, Víctor Hugo Morales, Quintín, Damián Tabarovsky, así como a los columnistas de las diversas publicaciones de la empresa, para que se sumen a la propuesta de no firmar las notas.

Consideramos que ningún trabajador que percibe un sueldo de 800 pesos puede realizar una tarea de excelencia como la editorial pretende para sus publicaciones, menos aún, en las condiciones laborales con las que convivimos.

Para iniciar las medidas de fuerza, que continuarán hasta que nuestro reclamo sea atendido satisfactoriamente, los trabajadores nos movilizaremos este jueves 6 de julio desde la sede de Chacabuco al 200 hasta la redacción de la revista Noticias –separada por la empresa tras un conflicto gremial- situada en Talcahuano y Corrientes.
Más información en envolviendo huevos.
Por favor, si es posible, linkiá este post en tu blog.

El hijo de la maestra
















por Juan Incardona

En el barrio algunos me conocen como Chorza, pero mucho tiempo antes, los vecinos, sobre todo las personas mayores, se referían a mí como "el hijo de la maestra".
—¿Quién es este pibe?
—El hijo de la maestra.
—¿Qué maestra?
—¡La maeeestra! ¿Quién va a ser?, la que vive en Avenida Cruz, enfrente de la Juanita.
—Ahhhh, sí.
Sucede que mi madre fue una de las maestras más famosas del barrio –ahora está jubilada-. Trabajó en sus tres escuelas: la 137, la 138 y la 139. En la que estuvo más tiempo fue en la 138, anclada en una de las zonas más pobres de Villa Celina, en el barrio Urquiza, cerca de las Achiras. Debido a su personalidad hiperactiva, su capacidad para organizar y su sensibilidad, siempre realizó actividades que trascendían lo escolar: visitaba casas, organizaba el comedor, conseguía zapatillas para los chicos. Con el paso del tiempo, se convirtió en un referente de las escuelas de Celina, mi vieja, una maestra de frontera en el Conurbano Bonaerense.
Además, durante muchos años dio clases particulares , a veces sin cobrar un peso. ¿Será predestinado?, no lo sé, pero ella se llama igual que el barrio: Celina.
"Doña Celina", le dicen algunos; "Señorita", le dicen muchos otros, aún personas de veinte, de treinta años que, en su mayoría, fueron sus alumnos.
Ser su hijo me salvó en varias oportunidades. Las que más recuerdo son dos:
La primera vez fue en el campito y por culpa de Javi, que se había zarpado con unos guachitos que jugaban a la pelota. Vinieron como diez chabones de Urquiza, amigos del hermano de uno de los pendejos, y nos empezaron a cagar a piñas, a Javi –que después salió corriendo y me dejó solo- y a mí.
Estaban haciéndome mierda: trompadas, patadas de todos lados. Aguanté como pude; tiré un par de manotazos al aire, pero era en vano. Ya está -pensé-, cobré para todo el viaje. Por suerte, seguía en pie, aunque en cualquier momento me tumbaban. Y en el piso sí que estaba listo, ésta no la contaba. Pero antes de que cayera en desgracia y me hicieran puré la croqueta, de golpe la cortaron. Alguien me había reconocido:
—Pará, pará que es el hijo de la maestra.
La otra fue en un bondi. Volvía con Tino de ver a Boca en el 143, que habíamos tomado en Constitución. Estábamos sentados por la mitad del coche. Atrás, venía una barra de pibes de Urquiza. Eran de la 12, muy bravos. Se zarpaban con todos los que tenían cerca: le tocaban el culo a las minas, les pegaban bifes a los chabones, los escupían de atrás, los puteaban. La cosa es que, ya entrados en Celina, nosotros nos teníamos que bajar. Le dije a Tino que había que hacerlo por la puerta de atrás y bancarnos la que venga. Teníamos la remera de Boca puesta y no podíamos quedar como cagones bajando por adelante, así que fuimos para el fondo. Toqué el timbre. Tino estaba re julepeado, blanco como una hoja. Los pibes de Urquiza estaban a nuestras espaldas, algunos sentados en los últimos asientos, otros parados. Yo no los miraba, tenía la vista fija en el timbre. Esperaba un coscorrón en cualquier momento, un gargajo, que me apuren, pero no pasaba nada: atrás nuestro la patota guardaba un silencio absoluto. El tiempo se alargaba o el bondi iba más lento. Era una espera interminable, sofocante, siempre silenciosa. No volaba ni una mosca. Finalmente, cuando el colectivo paró y estábamos bajando la escalera, uno me dice, con voz ronca:
-Eh, loco.
Me di vuelta despacito, y esperando la peor, le contesté.
-¿Sí?
El flaco, con una carita que ni te cuento, muy serio me dice:
-Mandale saludos a tu vieja.


Dedicado a mi madre, Celina Zaldarriaga.

lunes, julio 03, 2006

La poda






fotos: p . mairal

Prisión domiciliaria

Hablamos con un amigo sobre los libros que compramos y no leemos, y los que nos regalan y no leemos. Las bibliotecas personales desbordantes, con los libros en doble fila. Me dice: “Necesitaría que me dieran por lo menos tres años de prisión domiciliaria para leer todos los libros que tengo en casa”. Lo pensamos. No terminamos de entender si cuando te dan prisión domiciliaria el estado te paga la comida, las expensas, la luz… Si fuera así, sería perfecto. Quizá hay que bancarse la incomodidad de la tobillera satelital, pero no debe ser para tanto.

sábado, julio 01, 2006

Jogo bonito


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